La sostenibilidad de las pensiones en España está siempre en el centro del debate y no son pocas las voces que alertan de los problemas que tendrán las generaciones futuras. En los sistemas mejor valorados del mundo, como los de Holanda o Dinamarca, se combinan diferentes regímenes como una pensión pública, aportaciones de empresarios y trabajadores y ahorro voluntarioSi hay un tema que genera debates en nuestro país en lo que a las pensiones se refiere, ese es el de la sostenibilidad. No son pocas las voces que alertan sobre las dificultades que tendrán las generaciones futuras para poder disfrutar del sueldo de la jubilación. España es uno de los países más generosos entre los de la OCDE como demuestra su tasa de reemplazo. Este indicador muestra el porcentaje que supone la pensión pública respecto al último salario cobrado o, de forma más clara, si alguien cobraba 1.200 euros y su pensión es de 800 euros, la tasa de sustitución, como también se la conoce, será del 67 por ciento. Según datos de la OCDE, la tasa bruta de reemplazo en España para un salario medio es superior al 70 por ciento, mientras que la media de los países de la Unión Europea es del 59 por ciento (el porcentaje español irá convergiendo con la media). Pese a lo que pueda parecer, España es un rara avis dentro de los sistemas de pensiones, ya que como recuerdan desde el Instituto BBVA de Pensiones, "solo existe un pilar obligatorio para abordar las jubilaciones, que son las cotizaciones a la Seguridad Social, mientras que los pilares voluntarios no se encuentran lo suficientemente desarrollados". Esto no tendría que ser un inconveniente si no fuera porque el peso de nuestra pirámide poblacional invertida va haciendo mella. En otras palabras, una población envejecida mucho mayor que la de cotizantes. Según recoge BBVA Research, en 2050 vamos a tener que financiar 15 millones de pensiones, frente a los 9,7 millones a cierre de 2018. Sería necesario que el número de afiliados supere los 29 millones y crezca más de 3 millones por década, algo que se intuye difícil. Según el informe Melbourne Mercer Global Pension Index de 2019, España ocupa el puesto 24 de 37. "Algunas de las medidas para mejorar el sistema español pasan por aumentar la tasa de empleo para trabajadores de 55 a 64 años; flexibilizar la edad de jubilación en función de las necesidades de empleados y empresas y ligarla a la esperanza de vida; fomentar la contratación de planes de empresa cuasi-obligatorios, con aportaciones de empresa y empleados; e incentivar el ahorro familiar. Todas estas medidas son tan complementarias como necesarias", explica Miguel Ángel Menéndez, director del área de Wealth de Mercer España. Precisamente, los sistemas de pensiones mejor valorados por este estudio combinan varias de estas medidas. Es el caso de países como Holanda, Dinamarca, Australia o Finlandia.