El Banco Santander fulmina su producto estrella en España: la cuenta 1,2,3. La entidad ya ha dejado de comercializar esta cuenta para los nuevos clientes y, dentro de dos meses, es decir, a partir del 1 de enero, eliminará la bonificación, la devolución por recibos domiciliados, pero también la comisión mensual de 6 euros que cobra. La medida afectará a 2,5 millones de clientes que tienen este producto. El banco reduce así a la mínima expresión el que fue su producto estrella para captar y vincular clientes, lanzado en mayo de 2015 como carta de presentación del aterrizaje de Ana Botín en la presidencia. Desde el grupo cántabro aseguran que la decisión se ha tomado ante el prolongado escenario de tipos de interés negativos. La entidad mantiene como objetivo tomar las medidas que sean necesarias para recortar el coste que tiene por los depósitos, uno de los más altos del sector. Tras varios recortes de los beneficios de la cuenta 1,2,3, el banco realizó el último ajuste en octubre de 2018. Entonces, la entidad decidió limitar la remuneración del 3 por ciento a un saldo máximo de 1.000 euros. Sin embargo, a pesar de este recorte, siguió cobrando la comisión de 6 euros al mes, lo que implica 72 euros al año, de modo que a algunos clientes ya no le compensaba el saldo remunerado por los costes que tenían que asumir por la cuenta. No obstante, los titulares de la 1,2,3 seguían beneficiándose de la devolución de efectivo de entre el 1 por ciento y el 3 por ciento del importe de los recibos de gastos del hogar (agua, luz, teléfono), seguros, gastos de educación (colegios, guarderías, universidades), ONG, im-puestos locales y seguros sociales. A partir de enero, todos estos beneficios desaparecerán. Relevo a la 'cuenta Zero'La cuenta 1,2,3 pasará a ser prácticamente una fotocopia de la cuenta Zero, sin comisiones, que comercializa el banco a cambio de la domiciliación de la nómina. Éste será el producto que la entidad comenzará a ofrecer a sus clientes en las sucursales a partir del 4 de noviembre y el que ya vende a través de sus canales digitales. Cabe recordar que, antes de diciembre de 2017, cuando el banco realizó el primer ajuste a la bonificación que ofrecía, los clientes po-dían obtener una remuneración del 3 por ciento de su ahorro, hasta un límite de 15.000 euros. A partir de esa fecha, bajó a 10.000 euros la cuantía máxima a remunerar, para volverla a recortar en mayo de 2018 a los 6.000 euros y anunciar en octubre de ese año, la última rebaja, una bonificación máxima del 3 por ciento a los 1.000 euros. Ya antes, en 2016, la entidad financiera endureció por primera vez las condiciones de su producto estrella, al imponer a los clientes el uso de una tarjeta de crédito al menos una vez al trimestre para abonar compras en comercios si querían seguir beneficiándose de las ventajas y bonificaciones de la 1,2,3. La tenencia de estas visas conllevó aparejada una comisión de 3 euros, al mes que se sumaba a los 3 euros mensuales habituales que devengaba ya la cuenta.La decisión de cerrar la 1,2,3 tras cuatro años en el mercado llega motivado por el actual escenario de bajos tipos de interés, que, además, no tiene en el horizonte una fecha de subida. El Banco Central Europeo (BCE) decidió el pasado mes de septiembre endurecer la facilidad de depósito a las entidades del 0,4 por ciento al 0,5 por ciento negativo, lo que supone un encarecimiento del dinero que tienen que abonar por su exceso de liquidez.Las entidades viven ahora un debate por comenzar a cobrar a determinados clientes por los depósitos para compensar el coste. De momento, los bancos españoles ya cobran a clientes institucionales, aunque estudian bajar el rango y pasarle factura a otros clientes, como grandes empresas o a los titulares de banca privada.