BBVA ha reculado en sus primeras impresiones sobre el impacto del caso Villarejo. Siempre ha negado que tuviera un efecto negativo sobre la evolución de la cotización y negocio, pero hasta ahora mantenía que sí suponía un deterioro de su reputación e imagen. Ayer, el consejero delegado del banco, Onur Genç, indicó, a diferencia de otras ocasiones, que "sus niveles de reputación se han mantenido estables", según los parámetros que utiliza el sector financiero para calibrar este indicador, aunque matizó que al tratarse de un intangible es muy difícil de cuantificar. "No es como una venta de un producto", señaló.El pasado junio, el propio número dos del grupo que preside Carlos Torres sí admitió que el caso de las escuchas ilegales estaba teniendo una repercusión en la imagen. "No nos gusta aparecer en los medios a diario, tiene un impacto reputacional, evidentemente", dijo Genç.Como en otras ocasiones, el banquero señaló durante la presentación de los resultados de los nueve primeros meses del año que "estamos haciendo todo lo posible para contribuir a que se aclaren los hechos y no vamos a hacer nada que pueda interferir en la investigación judicial", ha asegurado el consejero delgado, quien ha hecho hincapié en que el foco de la gestión está dedicada en los clientes. Además, Genç indicó que el análisis interno de los hechos acaecidos entre 2004 y 2017 continuará hasta que termine la fase de instrucción de la causa en la Audiencia Nacional. Para argumentar la nueva posición, Genç sostuvo que las escuchas practicadas y sus consecuencias no interesan a nadie en el extranjero, refiriéndose en concreto a analistas e inversores. Eso sí, en los últimos documentos a los reguladores. BBVA sí ha reconocido que podría enfrentarse a posibles multas por el desarrollo de la causa judicial. Hay que tener en cuenta que el banco ya se encuentra imputado por el escándalo de las supuestas escuchas ilícitas practicadas a políticos, empresarios y periodistas.México, gran sustentoLa entidad ha ganado 3.667 millones de euros en los nueve primeros meses del año, lo que supone una caída del 15,2 por ciento con respecto al mismo periodo del año anterior. El descenso viene provocado por la ausencia de extraordinarios. En 2018. el grupo se anotó plusvalías por la venta de la filial bancaria de Chile de casi 700 millones. Sin este efecto y a perímetro constante, el banco destaca que sus ganancias alcanzarían una mejora del 1,2 por ciento más.La entidad lo achaca, entre otros factores, al buen comportamiento de su negocio. Su margen de intereses ha aumentado un 4,5 por ciento, lo que propulsó el margen bruto a 18.124 millones, lo que representa un alza del 3 por ciento. El motor del grupo azul continúa siendo México, que ha aportado más de la mitad de los beneficios, con casi 2.000 millones. El área de España sigue siendo el segundo mercado que más contribuye, con algo más de 1.000 millones, mientras que Turquía baja a 380 millones.En nuestro país, los resultados de BBVA bajaron 2,5 por ciento, como consecuencia de la caída del margen de intereses (cayó un 1,9 por ciento), por la situación de tipos de interés negativos y el descenso en el volumen de créditos. En concreto, el stock de préstamos se redujo en un 0,8 por ciento, principalmente por el desplome del 3,9 por ciento en la cartera de hipotecas y del 8 por ciento en la financiación destinada al sector público. La entidad destaca que hasta septiembre los créditos más rentables, al consumo y tarjetas, crecieron a un ritmo del 15,6 por ciento, pero no es suficiente para que aumente el saldo de inversión crediticia total.Cobro a particularesGenç se mostró satisfecho por las cuentas, aunque dijo que la situación de tipos negativos en Europa obliga al banco a estar atento a sus impactos y no descarta adoptar medidas. Así, por ejemplo, señaló como otros competidores (Santander y Sabadell) que si el BCE reduce las tasas otra vez para reactivar la economía podría empezar a cobrar por los depósitos a los particulares. "Monitorizaremos la situación" para extender esta práctica a los clientes minoristas y tomaremos una decisión también en función la estrategia que adopte la competencia, indicó el consejero delegado de la entidad. Por ahora, como sus rivales, BBVA obliga a las empresas y a las instituciones a abonar una cantidad por guardar su dinero.