Los grupos automovilísticos Fiat Chrysler y PSA sellaron ayer su compromiso para llevar a cabo una fusión. Con una redacción muy medida, declararon ayer que "las negociaciones allanan el camino hacia la creación de un nuevo grupo con dimensiones y recursos globales, en un 50 por ciento en manos de los accionistas de PSA y otro 50 por ciento de los accionistas de FCA"Más allá de la fórmula de declaración de intenciones, desvelaron que la unión generará unas sinergías de 3.700 millones de euros anuales, que "no se basan en el cierre de ninguna planta". Un punto relevante, teniendo en cuenta que el grupo PSA cuenta en España con tres fábricas que dan empleo a 12.200 personas: 5.700 en Vigo, 5.000 en Figueruelas (Zaragoza) y 1.500 en Villaverde (Madrid).Las sinergias, según el comunicado, se generarán por la asignación de recursos más eficientes para inversiones a gran escala en plataformas de vehículos, propulsión y tecnología y mayor poder adquisitivo, al aumentar de tamaño.Los directivos de PSA se apresuraron a calmar los ánimos de los trabajadores de sus plantas. Según fuentes sindicales consultadas por elEconomista, antes de que se diese a conocer el comunicado de fusión, sobre las 9 horas, se contactó por videoconferencia con todos los comités de empresa de las plantas del grupo francés para explicarles la intención de fusionar ambas empresas y, sobre todo, que no corría peligro ninguna factoría del grupo. Según las fuentes sindicales, no se fue más allá de los términos que se recogen en el comunicado de fusión emitido por PSA y por el grupo italoamericano FCA.De todas formas, a pesar de la incertidumbre que genera cualquier movimiento corporativo en las plantillas –desde la planta de Figueruelas en Zaragoza se ha pedido información a la dirección de la fábrica–, existe tranquilidad por la situación en la que encuentran las tres factorías españolas. La de Vigo estará a plena capacidad el próximo año con la llegada de dos nuevos modelos, la furgoneta de Opel y la furgoneta de Toyota, que la planta fabricará para el fabricante japonés. Por su parte, la de Zaragoza tiene asegurada carga de trabajo con la nueva generación del Corsa, del que se montarán, además de las versiones de combustión, el primero eléctrico de la marca Opel. Incluso Madrid-Villaverde, la más pequeña de las tres, se asegurará trabajo después de que el grupo PSA haya avanzado que recibirá un nuevo modelo –actualmente monta el Citroën Cactus, en exclusiva europea– del que solo se sabe que será de "éxito".El mercado castiga a PSAComo resultado de esta fusión nacerá un nuevo gigante del sector, valorado en más de 50.000 millones de dólares (46.000 millones de euros), según informan ambas empresas. La noticia fue bien recibida en las bolsas de Milán y Nueva York, donde cotiza FCA, que cerró con una subida del 8,2 por ciento (que se suma al 9,5 por ciento del miércoles). Sin embargo, los inversores han castigado al grupo francés, que ayer se derrumbaba un 12,8 por ciento (el miércoles creció un 4,5 por ciento).La nueva sociedad, bajo una empresa matriz holandesa ,"tendrá representación equilibrada y mayoría de consejeros independientes", y el presidente sería John Elkann (actual presidente de FCA), mientras que el consejero delegado sería Carlos Tavares (actual presidente de PSA).La fusión, añade el comunicado, "crearía el cuarto fabricante de coches del mundo por ventas anuales con un total de 8,7 millones de vehículos e ingresos combinados de casi 170.000 millones de euros y un resultado operativo de más de 11.000 millones de euros.El ministro francés de Economía y Finanzas, Bruno Le Maire, dio ayer su visto bueno al proyecto de fusión.