A finales de año habrá unos 200 puntos de recarga rápida repartidos por las principales vías del país, un número de electrolineras lo suficientemente grande como para garantizar que los vehículos eléctricos lo recorran, y llega justo a tiempo para el boom de este tipo de automóviles que se prevé en 2020, según la patronal sectorial, Aedive.El 80 por ciento de las recargas se producen en puntos vinculados al domicilio o el puesto de trabajo y cubren las necesidades comunes de movilidad, pero los trayectos largos aún plantean un problema. En España hay unos 4.600 puntos de recargar pública –un tercio situado en Madrid, Barcelona y Valencia–, pero muy pocos son de recarga rápida, a partir de 22 kW, que permiten alimentar dos vehículos en una o dos horas, plazo que se acorta con puntos más potentes: con 50 kW se carga el 80 por ciento de la batería en una media hora.Iniciativa privadaVarias empresas energéticas están volcadas en desplegar una infraestructura básica de puntos rápidos. Por ejemplo, Iberdrola quiere instalar 200 electrolineras hasta 2021, Endesa aspira a 8.500 hasta 2023 y Repsol ya dispone de unas 50, incluida la más potente de Europa.Gracias a este despliegue, la patronal sectorial, Aedive, cree que a finales de año el país contará con una red de unos 200 puntos rápidos, "suficientes para recorrer sin problemas las vías troncales", en palabras de Arturo Pérez de Lucía, su director, durante el V Congreso Europeo del Vehículo Eléctrico, celebrada la semana pasada en Madrid. Otras fuentes indican que el número será mayor.Esta implantación es muy importante porque en 2020 los fabricantes de automóviles deben reducir las emisiones de CO2 medias de sus modelos a 95 gramos por kilómetro, so pena de sufrir fuertes sanciones, y se espera que se disparen las ventas de unos eléctricos que ya crecen a ritmos del 100 por cien.