Siemens Gamesa Renewable Energy (SGRE) anunció ayer la compra a Senvion de toda su propiedad intelectual y del negocio de servicios de mantenimiento de aerogeneradores terrestres en Europa –corresponde a una flota de 8,9 GW–, así como una fábrica eólica en Vagos (Portugal), por 200 millones de euros. La firma hispanogermana aumentará su plantilla en 2.000 trabajadores y se anotará unos costes de integración y reestructuración de 150 millones. Las acciones de la empresa celebraron la operación con una subida del 2,1 por ciento en el parqué madrileño.Un mes después de que se anunciaran oficialmente las negociaciones entre la empresa dirigida por Markus Tacke y Senvion –en suspensión de pagos desde abril–, ayer se cerró la operación, que se ha centrado en la flota de mantenimiento de aerogeneradores en Europa –una cartera de 1.600 millones–, un negocio que "impulsará nuestro crecimiento en un segmento clave", en palabras del propio Tacke. Con un entorno de mercado de gran presión sobre los precios y los márgenes en los negocios de venta e instalación de aerogeneradores terrestres, y una notable variabilidad en el negocio de los aerogeneradores marinos, la cuenta de resultados de los fabricantes eólicos está manteniéndose gracias a los servicios que prestan; en el caso de SGRE, durante los primeros nueve meses de su ejercicio fiscal estos se incrementaron un 24 por ciento, hasta alcanzar los 1.077 millones.Cartera de 69 GWTras el acuerdo –que excluye el mercado hindú–, SGRE prestará servicios de operación y mantenimiento a cerca de 69 GW instalados.La operación incluye también la adquisición de la moderna fábrica de aerogeneradores de Vagos (Portugal), que cuenta con 1.400 trabajadores, y le permitirá a SGRE reducir su dependencia de diversos proveedores asiáticos. Serán 2.000 los empleados de Senvion subrogados con la transacción, que mantendrán sus actividades y condiciones económicas, según informa Senvion.En una conferencia con analistas, Tacke ha anunciado que esta factoría es "complementaria" con el resto del Grupo en la Península Ibérica, cuya actividad depende de la marcha del negocio en el Sur de Europa. Los sindicatos, de todos modos, están preocupados por el efecto que pueda tener.Se espera que la operación esté totalmente cerrada entre los próximos meses de octubre y marzo –faltan algunos flecos y el visto bueno de las autoridades de Competencia–, por lo que no tendrá influencia en los resultados de SGRE en 2019, que se presentarán en noviembre, de acuerdo con el calendario fiscal alemán.