La AIE alerta de pérdidas millonarias si no se diseñan bien las tarifas eléctricasEl autoconsumo y las pequeñas instalaciones de energía solar van a explotar en los próximos cinco años en todo el mundo: unos 100 millones de hogares se instalarán paneles fotovoltaicos en el tejado, y eso solo aportará una cuarta parte del volumen de generación solar distribuida que augura la Agencia Internacional de la Energía (AIE) durante el período. La entidad advierte de que el boom puede provocar más de 50.000 millones de euros en pérdidas a empresas y consumidores solo en 2024 si no se diseñan bien las tarifas eléctricas.La AIE acaba de publicar el informe Renovables 2019, que por primera vez analiza el desarrollo de la generación solar distribuida y el autoconsumo. Según sus previsiones, si la tecnología fotovoltaica copará el 60 por ciento de todo el crecimiento de la potencia verde del próximo quinquenio, evaluado en 1.200 GW –equivalente a 12 veces el sistema eléctrico español–, la mitad corresponderá a instalaciones de pequeño tamaño. La razón de este enorme crecimiento es muy sencilla: el coste de generación de los paneles ya es menor que el precio que pagan los consumidores por el suministro eléctrico. Por ejemplo, la AIE indica que hoy en España una industria puede evitarse pagar hasta el 35 por ciento de la factura. Y el ahorro va a ser mayor, ya que los costes de instalación de los pequeños sistemas solares van a reducirse entre un 15 y un 35 por ciento hasta el año 2024.Ahorro según la normativaEl nivel de ahorro depende del grado de autoconsumo reconocido por la regulación, que no tiene por qué coincidir con el autoconsumo real, de carácter instantáneo. Cuanto más autoconsumo se admite, aunque sea en diferido, más se ahorra. A precios actuales, la AIE indica que los autoconsumidores alemanes podrían ahorrarse unos 40.000 millones durante el próximo quinquenio.Este ahorro individual tiene sus repercusiones sobre el resto del sistema eléctrico, porque las tarifas están compuestas por términos fijos –para costes fijos, como las redes– y variables, para el consumo, y si los autoconsumidores colaboran menos a cubrir los costes fijos, incrementan esa parte de la factura del resto de consumidores convencionales. Para evitar ese efecto, el anterior Gobierno implantó el impuesto al sol, un peaje sobre la energía autogenerada que pretendía impedir esa subvención encubierta que el actual Gobierno ha derogado. Además, la AIE advierte de que la generación distribuida conlleva una menor recaudación de impuestos y de que normalmente aumenta los costes de las redes de distribución y transporte, porque tienen que reforzarse, amén de reducir los ingresos de estas infraestructuras.Para dar evaluar el impacto de estos efectos negativos, el organismo internacional hace una estimación en función del grado de autoconsumo. En el peor escenario, con una autogeneración del 75 por ciento en 2024, las empresas distribuidoras podrían perder unos 14.000 millones y los comercializadores unos 25.000 millones. Los generadores compensarían la menor venta con menos inversión en nueva capacidad y los Estados, entre impuestos y otros recargos, dejarían de recibir unos 18.000 millones. La AIE enfatiza que estos efectos negativos del autoconsumo pueden desaparecer con un buen diseño de tarifas que mantenga el atractivo de la inversión, que garantice los ingresos a las redes y que reparta los costes fijos adecuadamente entre todos los consumidores. En el caso de España, augura que la nueva regulación aumentará el crecimiento de la generación solar distribuida hasta rozar los 1.000 MW anuales en 2024; no estaremos, en todo caso, entre los cinco países con más peso del autoconsumo doméstico: Australia, Bélgica, California, Holanda y Austria. La previsión se puede truncarse por la dificultad de encontrar financiación y la incertidumbre sobre los precios eléctricos futuros.