Reganosa y Enagás chocan por el funcionamiento de las regasificadoras del norte. El comité de empresa de la gallega ha arremetido contra el gestor técnico del sistema por haber presentado alegaciones en el trámite administrativo de evaluación ambiental de la terminal de Mugardos.En opinión del comité de empresa de la compañía de Ferrolterra, "Enagás parece querer retrasar la evaluación ambiental de las instalaciones de Reganosa, al solicitar que se abra un nuevo periodo de información pública a todos los efectos".Fuentes oficiales de Enagás, por su parte, indicaron a elEconomista que consideran que la planta de Reganosa es necesaria para el sistema, tal y como ya indicó el gestor técnico en sus informes y más en este momento de gran aumento de demanda. Enagás quiere, a su vez, poner en operación la planta de Gijón, con la que pretende articular un hub de GNL, un extremo que los trabajadores de Reganosa creen que ya ofrece la planta gallega.El Tribunal Supremo anuló en julio la exención del trámite para otorgar la Declaración de Impacto Ambiental que el Gobierno de Rajoy otorgó a la planta regasificadora de Reganosa en mayo de 2016, al entender que no hubo razones excepcionales y urgentes que permitieran justificarlo. Sin embargo, los jueces no han anulado los actos y las autorizaciones derivadas de la exención, es decir, la instalación continúa funcionando con normalidad y tiene en vigor todos los permisos necesarios, tal y como señala Reganosa. Enagás, por su parte, se ha decidido a poner en operación la regasificadora de El Musel, tras su hibernacion en 2012. Un decreto del pasado mayo eliminó dicha parálisis y la compañía presidida por Antonio Llardén ha iniciado los trámites para obtener los permisos de la Administración que le permitan operar la instalación.Se da la circunstancia de que la autorización administrativa de la regasificadora fue anulada por los Tribunales en 2016, porque no cumplía una normativa ambiental de 1961 que se derogó en 2007.Así, ambas plantas pueden competir por el negocio del GNL.