El fiscal Anticorrupción, Antonio Romeral, centró ayer la toma de declaración al expresidente del Popular, Emilio Saracho, en dilucidar si el exbanquero buscó de forma intencionada tumbar el precio de la acción del banco para poder venderlo de forma urgente y barata. El fiscal reprochó a Saracho (imputado por manipulación del mercado) que en los días previos a la caída del grupo financiero parece que se hicieron coincidir todas las informaciones negativas de la entidad para que fuera "una bomba explosiva", según informan fuentes judiciales. El expresidente de la entidad recurrió a "la ley de Murphy" para justificar la cadena de acontecimientos que llevó a una masiva fuga de depósitos y a la intervención del banco por una grave crisis de liquidez. El principio básico de la ley de Murphy es que si algo puede salir mal, saldrá. El cúmulo de comunicaciones perjudiciales que desestabilizaron el banco avivando la salida de fondos a los que hizo referencia el fiscal fue la publicación el 3 de abril de un Hecho Relevante que informó sobre la necesidad de reexpresar (corregir) las cuentas de 2016 ante un desfase de 633 millones, lo que tumbó un 5 por ciento al banco en bolsa esa jornada. Además, ese mismo día comunicó la marcha del consejero delegado, Pedro Larena. Tan solo siete días más tarde, el 10 de abril, Saracho anunció inesperadamente ante la junta de accionistas que el banco debía venderse o realizar una macroampliación de capital, incrementando el pánico entre los depositantes. Ese mismo día, presuntamente, el consejo de administración del banco filtró información a la prensa sobre que la venta ya estaba en marcha. El fiscal preguntó a Saracho por qué se comunicó la reexpresión de las cuentas al mercado el 3 de abril, cuando tenía 10 días para hacerlo y podría haber esperado a que pasara la junta de accionistas. El expresidente echó balones fuera y dijo que eso fue una decisión del auditor. Asimismo, el juez Calama cuestionó si no se pudieron haber gestionado los tiempo de otra maneral a lo que el banquero contestó que no, siempre según informan fuentes judiciales conocedoras de la declaración de Saracho. Preocupación del supervisorEl expresidente del banco admitió un día antes, a preguntas del juez, que su consejo de administración filtró a la prensa información de la situación del banco, aunque negó haber sido él y aseguró que desconoce quien lo hizo. Ayer añadió que confiaba en los miembros del comité gestor, ya que había bombas informativas mayores, como las cartas que remitía el supervisor bancario al banco asegurando que estaban "muy preocupados" por la situación, que no se filtraron. El magistrado determinó que, a medida que vaya tomando declaración al resto de antiguos miembros del consejo, se podrá contrastar su versión sobre las filtraciones. Saracho terminó a declaración, la primera que hace tras dos años imputado en la trama. La Fiscalía Anticorrupción no solicitó medidas cautelares.