La empresa disponía de unos 32 millones, entre efectivo y cuentas, para aguantar unas semanasEl colapso del turoperador Thomas Cook era cuestión de semanas por el enorme agujero milmillonario que tenían sus cuentas, según declaró el consejero delegado de la em-presa británica, Peter Fankhauser, a los tribunales del país, que investigan su quiebra. En concreto, tenía unos escasos fondos que solo iban a durar hasta "el 4 de octubre o probablemente antes".Según los documentos de insolvencia presentados por Thomas Cook el lunes, vistos por el Financial Times, la firma solo tenía 956.670 libras (1,08 millones de euros) en reservas de efectivo. A eso se le añadían otros 31,2 millones de libras (35,2 millones de euros) en sus cuentas bancarias. Una cifra absolutamente insuficiente para hacerse cargo de las ingentes cifras que debía a diversas organizaciones, que ascendían a 3.100 millones de libras (3.499 millones de euros).La mayor de esas deudas, de 1.900 millones de libras (2.150 millones de euros), la contrajo con la Autoridad de Aviación Civil y proveedores de servicios de pago como American Express, UniCredit y Barclays. A continuación, unos 388 millones de libras (438 millones de euros) que debía a numerosos grupos hoteleros con los que trabajaba. A eso se le suman 272 millones de libras (307 millones de euros) adeudados a distintos proveedores del grupo turístico.Sin valor suficienteEn su declaración, Fankhauser también dejó claro la gran cantidad de ofertas que había recibido la empresa y que fueron rechazadas por la junta directiva y por sus acreedores, algunos de los cuales podrían embolsarse más de 230 millones de euros en seguros contra impago (credit default swaps, en inglés) si se confirma la quiebra de la compañía.La justificación para no aceptar los ofrecimientos era que "no crearían el suficiente valor" y que "al vender alguna de nuestras divisiones de negocios de forma individual, la estructura de capital del resto del grupo sería insostenible".La quiebra del turoperador podría resultar también en una investigación del regulador británico, el Consejo de Información Financiera (FRC, por sus siglas en inglés), sobre las dos auditoras que han revisado sus cuentas desde 2008. PricewaterhouseCoopers (PwC) y EY aprobaron cargos excepcionales en esos años que mejoraron la posición contable de la empresa sobre el papel, y el FRC quiere saber si hubo algún tipo de irregularidad en esas auditorías.En el informe de 2018, EY pronosticó que Thomas Cook podía sobrevivir al menos un año, aunque en mayo puntualizó que había "incertidumbre material" sobre su capacidad de resistir. Para entonces había cerrado ya una línea de financiación de 300 millones de libras (338,7 millones de euros) que se habría puesto en marcha el 1 de octubre si hubiera vendido las aerolíneas del grupo. Una de ellas, la alemana Condor, recibió ayer una oferta de inyección de 380 millones del Gobierno de Angela Merkel, aunque ahora depende de la autorización de la Dirección General de la Competencia de la UE.