Su abogado señala que cinco organismos oficiales ampararon el salto al parquéRodrigo Rato, expresidente de Bankia, afronta su última defensa en el juicio por la salida a bolsa. El exbanquero, acusado de estafa a los inversores y falsedad contable, trató ayer de sacudirse el primer delito a través de su abogado, Ignacio Ayala, quien defendió ante la Audiencia Nacional que la actividad bursátil siempre conlleva riesgos. El letrado señaló que tanto la actividad financiera como la bursátil se desarrollan bajo las incertidumbres que provocan las situaciones macroeconómicas. "Cuando hay incertidumbre, hay riesgos", señaló, para recordar poco después durante la segunda jornada de la exposición de su alegato final que no se puede olvidar que a mediados de 2011 dio la cara un aspecto más virulento de la crisis económica que azotó al sector financiero y los mercados. Una de las tesis principales de la defensa del exbanquero es la imposibilidad de desligar la caída de Bankia con la crisis, hecho que, a su juicio, han querido "ignorar" las acusaciones, en referencia a la Fiscalía Anticorrupción, el Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (Frob) y la Confederación Intersindical de Crédito (CIC). "¿Es que el señor Rodrigo Rato, José Luis Olivas y José Manuel Fernández Norniella tenían que haber previsto la crisis mejor que el FMI, la OCDE o el Banco de España?", espetó Ayala. Por otro lado, otro de los aspectos claves a los que se acoge Rato en su defensa es que no dio un paso sin la autorización de los reguladores y supervisores. Su letrado destacó ayer que el Banco de España tuvo a inspectores dentro de Bankia durante todo el proceso de integración de cajas y salida a bolsa, por lo que sería imposible haberle ocultado la realidad contable del banco, en referencia al posible delito de falsedad de cuentas. Asimismo, recordó que el Frob supervisó y aprobó el plan de integración de las siete cajas y lo justificó ante el Banco Central Europeo (BCE), que avaló la estrategia. Finalmente, el letrado recordó que Bankia superó los test de estrés de la EBA (Autoridad Bancaria Europea) y cumplió con todos los requisitos de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), tratando de evidenciar ante el tribunal que hasta cinco organismos controlaron el proceso.