El italiano exigió que todos los ejecutivos le reportaran a élAndrea Orcel, el banquero procedente de USB que iba a ser consejero delegado del Santander hasta que el grupo anunció que daba marcha atrás a su fichaje el pasado enero, exigió a Ana Botín más poder en la entidad, apenas un mes antes de que se frustrara su contratación. El italiano remitió a la presidenta del Santander varios mensajes a través de Signal, una aplicación de mensajería encriptada, en los que le pedía más poder en el grupo, se-gún publicó ayer Financial Times. Concretamente, Orcel exigió a Botín que instalara un sistema de "cascada" en el banco, por el que todos los ejecutivos le reportaran a él, y éste a la presidenta. "Mi ejecución, pero tus decisiones", escribió Orcel. El italiano también propuso a Botín "mejorar la disciplina y la eficiencia de la ejecución" del banco, con el objetivo de subir el precio de la acción.El banquero ha iniciado una batalla judicial contra el grupo financiero, en la que le reclama 112 millones de euros por los daños que le hn causado que se cancelara su contratación. La guerra se promete cruenta, después de que el pasado mes de julio se conociera que Orcel grabó conversaciones privadas con miembros de la cúpula de la entidad sin su consentimiento. Clave de la batallaLa batalla va a centrar el motivo principal del asunto en si el documento de contratación que el Santander puso sobre la mesa a Orcel era un contrato oficial o una carta de oferta provisional. Mientras el italiano mantiene que se trató de un contrato oficial, y por tanto acusa al Santander de incumplirlo y pide una compensación, la entidad apunta que se trató de una oferta inicial, supeditada a varios aspectos, como el compromiso del italiano a bajar la compensación que perdía por su marcha de UBS, y la aprobación del consejo de administración del banco, la Junta de Accionistas y de la idoneidad del candidato por parte del Banco Central Europeo (BCE).