La fiscal Anticorrupción del caso Bankia, Carmen Launa, señaló ayer al expresidente de la entidad, Rodrigo Rato, y al exvicepresidente, José Luis Olivas, como los artífices de falsear las cuentas del grupo financiero con el objetivo de sacar Bankia a bolsa y captar capital. Launa, que continuó ayer, y por segundo día consecutivo, con sus conclusiones finales sobre la trama, apuntó que los exgestores del banco ocultaron pérdidas por 5.759 millones de euros en las cuentas del grupo BFA (matriz de Bankia) de 2010, lo que trasladó al público una imagen de solvencia de la nueva entidad muy alejada de la realidad del grupo. "La decisión de ocultar los deterioros fue adoptada claramente por el presidente Rodrigo Rato y por el vicepresidente José Luis Olivas, contando con Ildefonso Sánchez Barcoj (entonces director financiero) quien conocía de primera mano los deterioros omitidos", señaló la representante del Ministerio Público. La fiscal ya acusó el pasado mes de julio a Rato, Olivas, Sánchez Barcoj y otros 12 imputados en la trama del delito de falsedad de cuentas. Anticorrupción, además, acusa a Rato, entre otros, de estafa a los inversores, por lo que pide una pena para el banquero por estos dos delitos de 8,5 años de prisión.Launa reiteró que la operación fue "en todo momento" iniciativa de Rato, que solo solicitó autorización al Banco de España cuando "ya disponía del itinerario de hechos y estaba todo consumado, y obvió una posible inyección de ayudas públicas para mantener su puesto.Críticas al auditorAsimismo, en su alegato final, que está previsto que concluya hoy, también arremetió duramente contra el socio de Deloitte, Francisco Celma, auditor de las cuentas con las que Bankia salió a bolsa y también imputado en la trama. Según Carmen Launa, Celma no denunció las irregularidades que había en Bankia. A su juicio, el auditor trató de maquillar las cuentas de la entidad en beneficio de la misma. La fiscal señaló que entre el trabajo de Deloitte y el informe previo a ese trabajo de la consultora AFI había un decalaje de pérdidas de 4.000 millones de euros, sin incluir los créditos fallidos. Launa aseguró que Celma decidió "voluntariamente" no contar estos activos fallidos del banco para que "le ajusten las cuentas". "Es una diferencia que no puede ser cometida por error", expresó.Además, la representante del Ministerio Público señaló que Francisco Celma conocía perfectamente el trabajo de AFI, porque utilizó los números que aparecían en este documento en el informe de auditoría de Bankia que elaboró. "Las cifras proceden de un trabajo que conoce perfectamente", matizó al respecto.