El Ibex 35 cayó este miércoles un 1,98 por ciento y borró todas las ganancias conseguidas en 2019, que llegaron a ser del 12,2 por ciento en abril. El índice está condenado a profundizar otro 3 por ciento hasta, al menos, los mínimos intradía de la trágica semana de la Navidad de 2018, los 8.286 puntos, cuando el mercado llegó entrar técnicamente en tendencia bajista, al acumular descensos de más del 20 por ciento. La contracción del PIB de Alemania en el segundo trimestre conocida este miércoles (ver página 9) es la enésima alarma de una recesión inminente que reciben las bolsas, avasalladas durante las últimas semanas por la escalada de la guerra comercial y por el endémico riesgo político en Italia y del Brexit. Las dudas se propagan ya incluso a excepciones como España (ver página 10), una de las economías de la eurozona que se había mostrado más ajena a la desaceleración pero que empieza a reflejar el impacto de los distintos riesgos. Ante este panorama, que se extiende a nivel global, los inversores huyen a buscar refugio en la deuda, lo que ha llevado al interés de los principales bonos europeos a hundirse en mínimos históricos a la espera de la nueva ronda de estímulos monetarios que prepara el Banco Central Europeo (BCE) y a la curva de tipos de Estados Unidos –el diferencial entre los bonos norteamericanos a 2 y 10 años– a terreno negativo por primera vez desde 2006 (ver análisis de la página siguiente), lo que históricamente ha venido seguido de una recesión en la primera economía del mundo. El Dax 30 alemán cedió un 2,19 este miércoles y pierde ya un 5,71 por ciento en agosto, tras cerrar con caídas casi todas las sesiones del mes menos cuatro, y un 9 por ciento desde máximos del ejercicio, matizando la rentabilidad del año hasta dejarla por debajo del 9 por ciento. De más calado todavía son las bajadas de los sectores europeos más cíclicos: las automovilísticas se desploman un 8,7 por ciento desde que arrancó el mes central del verano, petroleras y gasistas un 8,67, las compañías relacionadas con la minería y los recursos básicos un 13,13 por ciento y los bancos un 9,83, los cuales están sufriendo amargamente las expectativas de otra vuelta de tuerca expansiva que implique bajadas de tipos del BCE. Mención especial merecen las entidades españolas, cuyo peso en el Ibex 35 justifica el mayor castigo respecto a otros índices. Las internacionales y las domésticas. Banco Santander se desplomó un 3,38 por ciento este miércoles, acumula pérdidas del 12,66 por ciento en 2019 y se encuentra a solo un 7 por ciento de sus mínimos del Brexit, que hace mucho que rindieron BBVA, Sabadell o Bankia. Desde el punto de vista del análisis técnico, este clima se lee con precaución. "Eventuales rebotes son altamente vulnerables", reconoce Joan Cabrero, director de estrategia de Ecotrader. La hipótesis que baraja el equipo de analistas del portal de estrategias de inversión de elEconomista supone un margen de caída de cerca del 7 por ciento para los principales índices europeos, concretamente "hasta los 5.000 puntos del Cac 40 de Francia o los 3.135-3.165 puntos de EuroStoxx 50, cuyo alcance supondría una corrección de dos terceras partes de todo el movimiento alcista que nació en los mínimos de Navidad en los 2.908 puntos", concluye Joan Cabrero. Son las consecuencias del "final de una década dorada", como la describe Carsten Brzeski, economista jefe de ING en Alemania. La última recta del ciclo expansivo que se viene barruntando durante meses en los indicadores adelantados y de sentimiento (ver apoyo), que se ha reflejado en la desaceleración del crecimiento económico mostrada por los datos macroeconómicos y que la guerra comercial entre Estados Unidos y China amenaza con convertir en una recesión antes de lo esperado, según han apuntado precisamente los últimos datos de Alemania y del conjunto de la eurozona. "Todo es pesimismo en la economía global", advierte Marc Ostwald, estratega de ADM Investor Services en Londres. "La contracción del PIB de Alemania alienta aun más la especulación sobre una recesión inminente y aumenta la presión sobre el gobierno para que brinde una respuesta fiscal", explica Oliver Rakau, economista de Oxford Economics, quien incide en que "las perspectivas para el tercer trimestre son extremadamente moderadas, ya que la industria probablemente sufra otra contracción y es poco probable que las exportaciones mejoren ante la debilidad del comercio mundial mientras la demanda interna no podrá compensarlo por completo".No es solo Alemania, tanto la evolución de PIB de la eurozona como el de la Unión Europea dan cuenta del frenazo en el crecimiento que se viene experimentando desde el último año con un crecimiento entre abril y junio del 0,2 por ciento en el primero de los casos (UE19), la mitad que el 0,4 por ciento observado en el primer trimestre de 2019, según Eurostat.En comparación con el segundo trimestre de 2019, el PIB de la zona euro creció un 1,1 por ciento, una décima menos que en el primer trimestre y su menor ritmo de expansión interanual desde el cuarto trimestre de 2013.Viacrucis europeoEn el conjunto de la UE, la economía registró en el segundo trimestre un crecimiento del 0,2 por ciento, tres décimas menos que en el primer trimestre. En comparación con el mismo trimestre de 2018, la expansión interanual de la Unión Europea (UE) se ralentizó al 1,3 por ciento, su peor dato desde finales de 2013. De este modo, la economía española, cuyo PIB creció un 0,5 por ciento en el segundo trimestre, mantiene un crecimiento sensiblemente superior a la media de la eurozona. Entre el resto de las grandes economías del euro, Alemania se queda al borde la recesión técnica tras registrar una contracción del 0,1 por ciento del PIB en el segundo trimestre, frente al crecimiento del 0,4 por ciento al inicio de 2019.En cuanto al empleo, se reflejó en un menor incremento del empleo en ambas regiones, aunque tanto la zona euro como entre los Veintiocho alcanzaron sendos máximos históricos en el número de ocupados. Creció un 0,2 por ciento en el segundo trimestre en la zona euro y la UE, frente al 0,4 por ciento registrado en ambas zonas en los tres primeros meses del año. En comparación con el mismo trimestre de 2018, la ocupación creció un 1,1 por ciento interanual en la zona euro, dos décimas menos que en el primer trimestre, y un 1 por ciento en la UE, frente al 1,2 precedente.