Los tripulantes de cabina (TCP) de Ryanair en España han declarado la guerra a la cúpula de la aerolínea de bajo coste. Tras varios desencuentros con la dirección de recursos humanos, que aprovechó las reuniones con los sindicatos para anunciar despidos y cierre de bases por la crisis del 737 MAX de Boeing, los representantes de los TCP, USO y Sitcpla, han convocado una huelga de diez días en septiembre que amenaza con lastrar las ventas de la compañía, que ya se están ralentizando por la debilidad de la economía en Europa.Los paros tendrán lugar el 1, 2, 6, 8, 13, 15, 20, 22, 27 y 28 de septiembre, es decir, durante los fines de semana del mes, lo que convierte a esta movilización en una de las más largas y belicosas de la historia de la firma de bajo coste. Y es que, además de concentrar los paros en los días clave del fin de semana, es el colectivo que más jornadas de protesta ha convocado. Por ejemplo, en Portugal los TCP pararán entre el 21 y el 25 de agosto por los problemas para llegar a acuerdos labores.Los primeros días de huelga coinciden con las fechas anunciadas por los pilotos de Reino Unido, que tienen previsto parar los próximos 22 y 23 de agosto y entre el 2 y el 4 de septiembre. Un principio de mes que se le puede complicar mucho más a la compañía presidida por Michael O'Leary ya que los pilotos irlandeses ya han aprobado movilizaciones y están pendientes de fijar las fechas y los españoles iniciaron ayer las votaciones para "tomar las medidas que sean necesarias, incluyendo la huelga" contra los despidos anunciados.Y es que, la semana pasada los representantes de Ryanair comunicaron a los sindicatos españoles el cierre de las bases de Gran Canaria y Tenerife el próximo 8 de enero y la posibilidad de salir también de Gerona. Una reestructuración que implica el despido de unos 100 pilotos y hasta 200 TCP, el 33 por ciento de las salidas anunciadas por O'Leary en un vídeo en el que aseguraba que sobraban 500 pilotos y 400 TCP.En este punto, el director de recursos humanos y estrategia de Ryanair, Darrell Hughes, ha enviado un memorandum a los trabajadores españoles en el que les aseguraba que iba a ser muy difícil recolocar o trasladar a los tripulantes (también conocidos como azafatas) de las bases cerradas en otras del grupo porque "hay un excedente de plantilla". Por su parte, la compañía asegura que no se va a cerrar ninguna ruta entre Canarias y el resto de Europa ya que serán operadas desde otras bases más rentables. Aunque el detonante final ha sido el cierre de bases, el conflicto entre los trabajadores españoles y del resto de Europa y la compañía lleva meses fraguándose. Los representantes de los pilotos y los TCP critican que llevan meses tratando de llegar a algún tipo de acuerdo y en algunos casos no han conseguido ni formar la mesa de negociación.