El Departamento de Interior de EEUU ha decidido someter el proyecto eólico marino de Vineyard Wind de Iberdrola a un estudio de impacto ambiental adicional, provocando un retraso indeterminado en una obra que iba a culminar a inicios de 2022 tras recibir 2.500 millones de euros de inversión. La empresa aprovechará para introducir mejoras y tratará de mantener los compromisos con más de 50 proveedores.Con 800 MW, Vineyard Wind es el mayor proyecto de Iberdrola en EEUU. Lo promueve mediante la sociedad homónima, al 50 por ciento con el fondo CIP, que tiene los derechos de explotación sobre unos 50 kilómetros cuadrados en aguas de Massachusetts con un potencial eólico de 2.000 MW. Se lo adjudicó en mayo de 2018 y lo rentabilizará con un contrato de suministro de 20 años de duración con las eléctricas del citado Estado, firmado el pasado mes de abril. Pero Vineyard Wind también es la primera eólica marina –Offshore en inglés– de gran escala en EEUU, donde solo hay una pequeña planta de 30 MW en Rhode Island. La industria ha anunciado inversiones por unos 70.000 millones durante la próxima década en EEUU y el Gobierno de Donald Trump se ha fijado en ello: el viernes el secretario de Interior, David Bernhardt, declaró a Bloomberg que "para que la energía eólica marina prospere en la plataforma continental exterior, el Gobierno federal tiene que poner los puntos sobre las íes".Analizar el efecto en la pescaBernhardt anunció que ha ordenado un estudio de impacto ambiental adicional sobre Vineyard Wind, para analizar cómo puede afectar a otras industrias y recursos, en especial la pesca, tras la preocupación de las autoridades por los efectos acumulativos potenciales. "Si va a ser desarrollado, necesita ser desarrollado de tal manera que todos puedan decir, al menos, que no nos metieron un gol", remachó.La Oficina de Gestión de la Energía Oceánica, responsable hasta ahora de revisar el proyecto, ha justificado así la nueva evaluación ambiental: "Las expectativas para el desarrollo de la energía eólica marina son ahora mayores que las analizadas originalmente por el Departamento del Interior; el análisis suplementario revisará la evaluación de la agencia de los impactos acumulativos de ese desarrollo".La sociedad Vineyard Wind reaccionó ayer; en un comunicado reconoce habrá retrasos sobre el calendario previsto, que culminaba a inicios de 2022. Aunque indica que aún no ha recibido la documentación para el análisis de impacto ambiental adicional, sostiene que "es claro" que "los accionistas deben revisar el proyecto ya que el cronograma original ya no es factible".Hace unas semanas, Jim Torgerson, consejero delegado de la filial cotizada de Iberdrola, Avangrid, señaló a los analistas que el proyecto podría sufrir modificaciones si no recibía a inicios de septiembre la declaración de impacto ambiental. La acción Avangrid se ha dejado un 0,9 por ciento en bolsa tras el anuncio de Bernhardt.