La tensión entre Ryanair y los sindicatos españoles se ha disparado en plena temporada alta. Los representantes de los tripulantes de cabina (TCP) y los portavoces de la aerolínea de bajo coste terminaron el miércoles la reunión para constitución de la mesa negociadora sin ningún tipo de acuerdo y con las posiciones más alejadas de nunca, lo que vuelve a agitar el fantasma de la huelga. Tras casi nueve horas de encuentro, Ryanair se negó a firmar el acta de constitución de la mesa, paso fundamental para empezar a negociar el convenio colectivo, y cumplir una serie de requisitos que contempla la ley española como el reconocimiento de días de labor sindical, que las reuniones se celebren en España. "Los cuatro representantes de Ryanair que acudieron a la reunión se han reído de nosotros. Nos han ninguneado y están ignorando la ley española", explica una delegada sindical a este diario.Ante esta situación de bloqueo, USO y Sitcpla han interpuesto una solicitud de mediación ante el SIMA para que Ryanair cumpla la ley y "se avenga a la constitución de la mesa negociadora reconociendo la legitimidad de los sindicatos; el derecho de los representantes a la concesión de permisos retribuidos, según la legislación vigente; a que el lugar de celebración de las reuniones de dicha comisión negociadora sea Madrid, y que el idioma en que deben llevarse a cabo las negociaciones y en el que deben redactarse las actas sea el español", aseguran los representantes de los trabajadores en un comunicado. Fuentes de Sitcpla informan a este diario que todavía no han empezado a moverse para convocar una huelga en verano pero que la opción está encima de la mesa. Los TCP quieren primero agotar la vía de la mediación para desatascar el proceso de negociación. En este punto, también los TCP han criticado en que Ryanair está introduciendo cláusulas en los contratos españoles que van en contra de la legislación laboral española y que se está resistiendo a cambiar el modelo de agencias para contratar a los TCP de forma temporal y con salarios más bajos. Algunos trabajadores han llegado a empalmar diez años de contratos temporales. Los tripulantes de cabina de Portugal también denuncian que la aerolínea de bajo coste se resiste a cumplir la ley laboral lusa y, entre otras cosas, se niega a respetar las bajas por paternidad, las vacaciones pagadas de 22 días laborales o hacer fijos dentro de Ryanair a los trabajadores que llevan más de dos años en la compañía. En este punto, los TCP portugueses ya han anunciado cinco días de huelga mientras la compañía se está adentrando en una dinámica de conflictos a lo largo de Europa tanto de pilotos como de TCP en Reino Unido, Irlanda, Suecia e Italia.