Empresa Global

El Área de Libre Comercio Continental Africano, oportunidad para España

  • Suma una población total de 1.300 millones de personas cuyo número se duplicará en 2050

Marcos Suárez Sipmann
Madrid,

A pesar de que las inversiones españolas en el continente aún son escasas, España es el 10% país inversor según el ránking por proyectos en África y se intensifican las relaciones comerciales.

Con el Área de Libre Comercio Continental Africano (AfCFTA), entra en funcionamiento el mayor mercado único de bienes y servicios del mundo. Conlleva una liberalización armonizada del comercio y la libre circulación de capitales y personas. Suma una población total de 1.300 millones de personas cuyo número se duplicará en 2050 y un PIB de más de 2,7 billones de euros. El hecho de poder generar un consumo de 2.100 millones de euros y transacciones comerciales por valor de 3.400 millones de euros en 2030 constituye un indudable estímulo para las inversiones y negocios españoles.

De los 55 estados africanos 28 son ya de renta media. La clase media ha aumentado por encima de los 400 millones de personas, según el Banco Mundial. El proceso de urbanización y transformación económica es imparable. Para finales de siglo, 13 de las 20 ciudades más grandes del mundo se encontrarán en África. Las infraestructuras mejoran. En 2020 seis de las economías de mayor crecimiento en el mundo estaban al sur del Sáhara. Ello no ha de ocultar que 41 de las 55 economías están oficialmente en situación de recesión debido a los efectos de la pandemia.

El plan estratégico Foco África 2023 presentado a finales de abril proyecta la acción exterior africana de España hasta 2023 marcando acciones concretas – se prevén más de 250 proyectos – y pasos claros con y hacia el continente. Es una puesta en práctica del espíritu emanado del III Plan África, aprobado hace dos años. Será el impulso definitivo de la presencia empresarial española y su inversión en África. Y de manera especial el apoyo a las pymes y las alianzas hispanoafricanas de microempresas, la creación de empleo, el refuerzo de la educación, la cobertura sanitaria universal, la creación de infraestructuras o la industrialización desde la perspectiva sostenible como lucha contra el cambio climático.

La presencia española sigue siendo escasa en comparación con otros países europeos como Francia y Alemania. La inversión española de 5.000 millones de euros en tierras africanas es una operación a largo plazo: actualmente tan solo el 1% de nuestras inversiones en el mundo. Sin embargo, a pesar de la escasa importancia relativa, España se sitúa como 10º país inversor en el ránking por proyectos en África. Y las relaciones comerciales se han intensificado. El peso de las exportaciones españolas a África casi se ha duplicado entre el 2000 y el 2019, hasta el 6,4% del total.

España es el principal cliente africano en la UE. Como explica su presidente, Akinwumi A. Adesina, el Banco Africano de Desarrollo es el ente con mayor capacidad de generar y financiar proyectos e iniciativas. El BAfD ha concedido 59 contratos a empresas españolas desde 2015. África ofrece grandes oportunidades a las empresas españolas en sectores como el tratamiento de agua y el farmacéutico. Es significativa la implicación española en el Fondo Africano para el Agua o los proyectos de infraestructuras de la Agencia de Desarrollo de Naciones Unidas para África, la NEPAD. Y en la consolidación en los ámbitos de digitalización (para 2025 se espera que dispongan de un smartphone dos de cada tres africanos), electrificación y las renovables: cruciales para el futuro verde de una vasta región con enorme potencial en energías verdes, solar, eólica, hidroeléctrica, geotérmica...

Para tener éxito en África las empresas españolas buscan la integración entendiendo la singularidad de las distintas realidades territoriales. Conviene tener siempre en cuenta que la diversidad es en el continente un concepto fundamental. Junto a países que ofrecen grandes oportunidades otros generan excesivos riesgos. Un número relevante de países africanos ocupan posiciones intermedias en varios rankings de riesgo, a menudo en posiciones muy por encima de países latinoamericanos. En el informe Doing Business 2020 del Banco Mundial, Islas Mauricio está por encima de España, y Ruanda de Portugal, y además sitúa a diez países africanos entre los cien primeros.

De los cuatro socios africanos principales dos están en el Magreb: Marruecos y Argelia. En la ciudad marroquí de Marrakech se celebra en octubre la XXIV edición de la Asamblea de la Organización Mundial del Turismo. España colabora con el desarrollo de este sector en África, herramienta eficaz para el desarrollo socioeconómico, reducción de la pobreza y creación de empleo.

La vecindad combinada con el fuerte vínculo económico convierte a Marruecos en puerta de entrada continental. Es la gran baza española respeto al contexto europeo: Madrid es desde 2013 el primer socio comercial de Rabat. Más allá de proyectos puntuales de envergadura de empresas del Ibex 35 ligados al sector energético o de grandes infraestructuras, hay unas 800 pequeñas y medianas empresas españolas en suelo marroquí. Esto representa la mitad de las más de 1.500 que operan en el continente. Las pymes aumentan y consolidan su presencia en sectores como el de las semimanufacturas de textil, electrónica o componentes de automoción y de servicios, pesca, consultoría o agroalimentación. Con la experiencia en Marruecos se expanden hacia países estables y con potencia al sur del Sáhara.

En el caso argelino ante la emergencia climática la empresa española puede impulsar nuevos proyectos en el marco del Pacto Verde Europeo. Con todo y pese a ser un socio fundamental, su riesgo de desestabilización representa un motivo de preocupación para España, en un marco bilateral todavía dominado por los ejes tradicionales de la energía, las migraciones y la seguridad.

Los otros dos son Egipto y Sudáfrica, donde el 40% de la energía solar ya es española. Egipto encabeza el ranking en inversión en 'startups' tecnológicas del continente. Le siguen Sudáfrica y Nigeria. Egipto ocupa el primer lugar en número de operaciones y es el tercero en volumen total; es el mercado africano más desarrollado digitalmente y uno de los tecnológicos emergentes con mayor potencial.

El Plan África III define como los tres países "ancla" a Sudáfrica, Nigeria y Etiopía. La economía de este último, tras Nigeria el segundo país más poblado de África con 110 millones de habitantes, lleva creciendo con cifras de dos dígitos durante los últimos 15 años y la previsión de crecimiento para 2021 se sitúa en el 8,5%. Se enumeran asimismo siete países "preferentes" en los que concentrar esfuerzos: Ghana, Costa de Marfil, Senegal, Kenia, Tanzania, Angola y Mozambique.

Ghana, uno de los países con más tradición democrática del continente, ofrece seguridad y estabilidad. Se sitúa en el puesto 118 del ranking mundial "Doing Business" del Banco Mundial; y en el 13 de los 45 países de África Subsahariana analizados. Unido a una creciente red de infraestructuras, favorece la prospección inversora. Es un ejemplo clásico de porqué la empresa española debe explorar con mayor atención los mercados subsaharianos. En el intercambio comercial en las exportaciones españolas destacan la industria de la automoción y los componentes electrónicos e informáticos. En las importaciones de Ghana a España predominan los lubricantes y combustibles. Mas constituye un indicador de oportunidad para la empresa española el que los capítulos más exportados no coinciden con los más demandados. Ghana demanda bienes de equipo para su sector manufacturero y tiene proyectos en materia de infraestructuras y energía, sectores en los que España ocupa una posición de liderazgo internacional.

Costa de Marfil y Senegal con sus economías liberalizadas son otros dos países que ofrecen ventajas como puntos de entrada en África Occidental. El primero es uno de los países más desarrollados y dinámicos de la región con un crecimiento sostenible e inclusivo. Un dato curioso: es el sexto país del mundo (y primero en África) con mayor interés por el español según el informe de 2020 'El español lengua viva' publicado por el Instituto Cervantes. Este dato en combinación con el surgir de una clase media con poder adquisitivo al alza abre grandes oportunidades para las empresas españolas del sector educativo. En Senegal, segundo destino de las exportaciones españolas al sur del Sáhara, solo por detrás de Sudáfrica, también tiene relevancia el estudio del español como es el caso en Benín, Gabón y Guinea Ecuatorial.

En Kenia y Tanzania destaca la llamada economía azul, que aglutina aquellas actividades que explotan de manera sostenible los recursos acuáticos. Pueden diferenciarse tres subsectores de capital importancia para la empresa española: la pesca y sus actividades relacionadas, la desalinización del agua y el turismo de costa. Conviene mencionar el caso de Uganda, tercera economía en tamaño de la Comunidad del África Oriental. Pese al fuerte protagonismo del sector agrícola su economía está relativamente diversificada. Desde 2020 el país lleva trabajando por iniciar la producción de petróleo (la reserva de crudo es la cuarta más importante del África Subsahariana). Esto está generando oportunidades de mercado relacionadas con el desarrollo de esta explotación. Precisa de fuertes inversiones en iniciativas de colaboración público-privadas vinculadas con la generación de electricidad o exploración y explotación de reservas de petróleo; que requieren equipamiento industrial, maquinaria de obra pública, vehículos y accesorios, material eléctrico y productos químicos; sectores en los que la empresa española desarrolla su potencial.

Son asimismo considerados preferentes, Angola y Mozambique. Con la primera la balanza comercial ha sido siempre deficitaria debido a las fuertes importaciones de petro?leo angolen?o. Las exportaciones españoles han estado más diversificadas (ma?quinas y aparatos meca?nicos, automo?viles y tractores, manufacturas de fundicio?n, aparatos ele?ctricos y manufacturas de materiales pla?sticos. Hasta el año pasado, eran unas 60 las empresas españolas establecidas en Angola o con intereses permanentes en el pai?s.

Mozambique, uno de los 10 países más pobre del mundo, es una de las prioridades de la Cooperación Española. Las exiguas relaciones comerciales y de inversión se ven eclipsadas por las relaciones con la vecina Sudáfrica. Existe una docena de empresas españolas con presencia física permanente. Varias de ellas crearon en 2015 la Cámara de Comercio Mozambique-España que fomenta el desarrollo de las relaciones comerciales mediante la promoción de la inversión directa y el establecimiento de asociaciones comerciales.