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Las empresas recelan del nuevo sistema de declaración de datos de facturación en tiempo real

  • Afecta a 63.000 compañías, obligadas a modificar su sistema de gestión

Ana García

Hacienda tendrá datos en tiempo real de las facturas de las compañías. Lo hará a través del Suministro Inmediato de Información (SII) de facturación del IVA, que entrará en vigor el 1 de julio y que supone un cambio en el actual sistema de gestión del IVA, que lleva 30 años funcionando. Más noticias en la revista gratuita elEconomista Pymes, Autónomos y Emprendedores

El procedimiento se realizará a través de la Sede Electrónica de la Agencia Tributaria (Aeat) y será obligatorio para las grandes empresas, al menos en cuanto a facturación, ya que será para aquellas que facturen más de 6 millones de euros. A éstas se sumarían los inscritos en el Redeme (Registro de Devolución Mensual del IVA) y los Grupos de IVA -aquellos formados por una organización dominante y sus entidades dependientes siempre que sus sedes de actividad económica o sus establecimientos permanentes radiquen en el territorio de aplicación del impuesto-.

Multitud de empresas afectadas

Con todo ello, la medida afectará de forma directa a unas 63.000 compañías. No obstante, el resto -pymes y autónomos- podrán acogerse de forma voluntaria -aunque todas las voces apuntan a que el proceso podría hacerse extensible a todas las empresas con el tiempo-. Además, según indican desde la Agencia Tributaria, aquellas organizaciones que decidan acogerse a este sistema de forma voluntaria deberán permanecer adscritas a él durante un año.

Por todo ello, el nuevo mecanismo supondrá un cambio inmediato para todas las organizaciones, independientemente de su tamaño, ya que habrá enviar mucha información en muy poco tiempo. De hecho, tal y como asegura Miguel Arias, socio responsable de KPMG Impulsa, "a partir de ahora las pymes y los autónomos que se relacionen con empresas afectadas por el SII han de ser conscientes de que sus facturas son remitidas en tiempo real a la Agencia Tributaria".

Una situación que lleva implícita la necesidad de que estas entidades sean más ágiles en el proceso de gestión del IVA. Tanto es así que las organizaciones deberán emitir a Hacienda toda la información sobre las facturas emitidas y recibidas, en un plazo máximo de cuatro días naturales desde que se produzca el registro contable de la misma. Por su parte, las pequeñas y medianas organizaciones, así como los autónomos que no lo hagan, conservarán la declaración trimestral del IVA actual.

Genera nerviosismo

Esta situación está causando bastante nerviosismo entre algunas compañías, especialmente desde el departamento administrativo, donde ven con dificultades el cumplimiento de los tiempos exigidos. En este sentido, Arias reconoce que aunque en otros países se están implantando sistemas similares, estos "no son tan intensivos en información ni con plazos tan cortos de suministro de información".

Otra de las problemáticas se deriva del hecho de que una vez que entre en vigor el SII, las empresas que se sumen a él deberán también introducir en el sistema todas aquellas facturas emitidas y recibidas desde el uno de enero de 2017, lo que implica un trabajo extra que se podrá realizar hasta el 31 de diciembre de 2017.

Para Ramón Parra, socio de Auren y experto en pymes y emprendimiento, todo ello repercutirá en un coste adicional para las empresas. Desde compañías que han tenido que implementar un software para poder automatizar todo este proceso -con cifras de algunas de entre 30.000 ó 35.000 euros, o incluso mayores- a aquellas que todavía no se han adaptado y que, según Parra, "al no haber incrementado los costes ni el desarrollo de software, sólo les queda o invertir en más personal o pagar horas extra a los trabajadores".

Algunos beneficios

Frente a todo lo anterior, también hay voces que defienden algunos puntos positivos. En este sentido, el socio responsable de KPMG Impulsa recuerda que "el SII permite incrementar la transparencia de todas las actividades llevadas a cabo por las compañías y autónomos en su día a día", a lo que añade que "disminuirá la carga administrativa y redundará en una mejora de la gestión de las compañías a medio y largo plazo".

No obstante, en el caso de las compañías de menor tamaño y de los trabajadores por cuenta propia todavía quedan algunos retos por cumplir en este ámbito. De esta manera, Arias enumera algunos como "entender, en primer lugar, cómo les va a afectar, teniendo en cuenta, no sólo el tamaño, sino también con quién se llevan a cabo transacciones comerciales. A partir de ahí, la clave es intentar adaptarse y buscar aquellas herramientas que les permitan hacerlo de la manera más eficiente y segura".