Emprendedores-Pymes
El fin de los Juegos lleva al 12% de las microempresas de Río a la insolvencia
- Esta cifra se sitúa en el 1% para estas compañías en el resto del país
Ana García
El próximo domingo los Juegos Olímpicos de Río 2016 llegan a su fin y lo hacen rodeados de debate e incertidumbre, también entre las empresas brasileñas, que han visto como su nivel de insolvencia crece, tal y como se deriva del análisis elaborado por la compañía de seguros de crédito Solunion, a partir de las previsiones de su accionista Euler Hermes.
De este modo, las quiebras vinculadas a los Juegos podrían alcanzar el 5% entre las compañías de Río de Janeiro en 2016 e, incluso, llegar al 12% para las micro y pequeñas empresas -sociedades cuyo número repuntó especialmente antes de las Olimpiadas-. Mientras tanto, el valor para este tipo de entidades en el resto del país es algo menor, aunque también crece. Así, en Brasil las insolvencias empresariales aumentarían un 0,4% -1% en el caso de las microempresas-.
Nuevos negocios
Durante la fase de inversión -de 2011 a 2014-, los principales focos de actividad se centraron en los sectores de construcción y servicios. Mientras tanto, a principios de este año se observó una proliferación en los negocios relacionados con la alimentación, el transporte, los servicios domésticos, el alojamiento, el ocio y las comunicaciones. Sin embargo, una vez que los JJOO finalicen, el futuro de este tipo de compañías se vislumbra incierto.
En este sentido, parece que el pequeño comercio sería el más afectado, opinión con la que coincide Rogelio Núñez Castellano, profesor del Instituto de Estudios Latinoamericanos (Ielat), de la Universidad de Alcalá de Henares, quien explica que "estos negocios se alimentan de las clases medias y son éstas las principales perjudicadas por las crisis, debido a la subida de impuestos o la pérdida y precarización de los empleos". Precisamente, con motivo de la vulnerable situación que vive el país, los Juegos Olímpicos no conseguirán mejorar su situación, a pesar del leve crecimiento y del empleo a corto plazo que supone el evento.
Así, la cita generará un impacto neto negativo para el Estado. "Aunque estos incrementos en empleo y turismo parecen buenos a simple vista, son totalmente insuficientes para compensar la grave crisis económica que ha plagado Brasil desde antes de las Olimpiadas. Algunos temas como la inflación podrían incluso verse significativamente ampliados por los Juegos", indica Daniela Ordóñez, economista experta en Latinoamérica de Euler Hermes.
De hecho, según el citado estudio, los actuales Juegos Olímpicos y la Copa del Mundo -celebrada en 2014- añadirán un punto porcentual a la inflación global en 2016, que se estima en un 8,6%. Siguiendo esta línea, desde Solunion aseguran que estas presiones comenzarán a reducirse después de los Juegos Olímpicos, aunque es probable que no desaparezcan antes de 2020, como consecuencia de la rigidez de los precios en Brasil.
Mercado laboral
Por su parte, las perspectivas sobre el mercado laboral no arrojan datos mucho más positivos. De este modo, y a pesar de las estimaciones oficiales que sugieren que las Olimpiadas han generado unos 120.000 puestos de trabajo, lo cierto es que esta cifra supone sólo un 0,1% de la fuerza laboral de Brasil, ya que la población activa del país asciende a 100 millones de personas.
Asimismo, el empleo generado se irá diluyendo con el paso del tiempo -como ya ocurrió con la construcción una vez que los proyectos de infraestructuras iban llegando a su fin y al igual que pasará con el sector turístico, que tal y como apuntan desde Solunion, es de corta duración y de baja cualificación-. Estos datos no revertirán por tanto las cifras de desempleo que vive el país, que en 2016 alcanzarían el 11% y en 2017, el 12,8%, según el estudio.
Así, una vez que los focos se alejen de Brasil, el país deberá continuar con su propia competición para mantener a flote su economía.