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Cinco pecados capitales que se cometen en la gestión empresarial
elEconomista.es
La crisis económica ha dejado tras de sí un nuevo escenario, más competitivo, pero a la vez con mayores oportunidades. Sin embargo, muchas empresas no han sabido aprovechar las circunstancias, y viven anquilosadas en los mismos errores del pasado, según Jordi Damià, especialista en procesos de transformación de empresas.
En concreto, Damià señala que en los análisis sobre las estrategias de las empresas se observa que no están acelerando su crecimiento a la velocidad adecuada. Por ello, el experto señala cinco errores que las compañías están cometiendo a la hora de gestionar sus proyectos.
1. Puestos de los empleados
No todos los empleados han efectuado un adecuado reposicionamiento respecto a las necesidades que ahora pueden ser más importantes. Es necesario estudiar si cada trabajador está en el puesto adecuado, o si podría ser reubicado en función de su perfil y de su valía respecto a lo que la empresa necesita.
2. Falta de innovación
Es destacable la baja aceptación de la innovación técnica en las empresas. En un entorno que se define por la competitividad que pueden añadir los sistemas de información, el 80% de los gastos en informática de las empresas se dedica al mantenimiento de procesos de gestión o al funcionamiento habitual, y solo un 20% a crear nuevas soluciones competitivas. "Si las empresas no aprovechan al máximo las posibilidades de las nuevas tecnologías, nos debemos preguntar si las personas que las lideran son las adecuadas", advierte Damià.
3. Inmovilismo
Los gestores en las empresas deben tener perfiles diferentes en función de los ciclos económicos a los que se enfrente la empresa. Así pues, en un entorno más competitivo y más internacional, "nos encontramos con gestores que piensan en gestionar igual que antes de la crisis". E incluso, existen gestores que temen tomar cualquier decisión debido a las "cicatrices de confianza" que ha dejado la crisis, explica el experto.
4. Empleados poco fieles
El 40% de los trabajadores buscan activamente otro empleo con mejores condiciones laborales, y el 45% se lo pensaría si se lo ofrecieran. Este dato, normal en un entorno postcrisis con empleados sobrecualificados, alerta sobre la poquísima fidelización del empleado hacia la empresa, y por lo tanto la poca implicación que puede tener en su sostenibilidad y mejora.
5. Sin nuevas políticas de retribución
Para solventar el problema de la falta de fidelidad, la empresa debería aplicar políticas de retribución competitivas y variables. Dicha variabilidad no tendría que ser solo una garantía de consecución de objetivos de la empresa, sino que debería constituir una auténtica forma de hacer participar a los empleados en el éxito de la empresa.