Empleo
La transformación de Rumanía: de país emisor a receptor de migración
- El país requiere mano de obra, principalmente, en el sector de la construcción
elEconomista.es
Rumanía se ha caracterizado por la escasez económica y una población emigrante hasta ahora. Un escenario que aparentemente está cambiando con la llegada de refugiados ucranianos e inmigrantes nepalíes y bangladesíes, principalmente. Así, los recién llegados hacen colas en las oficinas del Estado para renovar los permisos de residencia y trabajo.
Desde hace 10 años, la economía del país ha ido creciendo. De hecho el año pasado lo hizo un 4,7%. Además, si en 2010 el Producto Interior Bruto (PIB) por persona, ajustado a los precios, era el 53% de la media de la UE; en 2021 era el 74%. Estos datos, en parte, son causa de la reducción de población debido a la caída de las tasas de natalidad y la salida de miles de habitantes. De hecho, en los últimos 20 años la demografía es de 19 millones de personas, 4,2 millones menos que en 1990.
Esto también supone menos mano de obra, lo que se ha convertido en un problema para Rumania. De esta forma, aquellos migrantes que llegan a Europa en busca de oportunidades escogen Rumania como destino ante mayores posibilidades de encontrar trabajo y, por tanto, obtener permisos de residencia. Los casos que recoge The Economist reflejan esta situación, como es la experiencia de Nikky, una cuidadora de niños procedente de Nigeria, que pese a que le gustaría trabajar en Reino Unido, ha ido a Rumania porque prefiere vivir legalmente.
Los negocios que más empleados están buscando son los hoteles, bares y restaurantes. Sin embargo, donde hay más demanda es en la construcción. Adriana Iftime, directora general de la Federación de Empresarios de la Construcción de Rumania, afirma que el sector necesita un mínimo de 100.000 nuevos trabajadores para finales de 2024, según recoge The Economist. Esta demanda en la construcción se debe al aumento de fondos procedentes de la Unión Europea tras la pandemia. De hecho, el país destinará a este sector 17.000 millones de los 27.000 millones de euros que va a recibir.
De hecho, algunas plantillas de las constructoras están compuestas en un 60% por extranjeros, sobre todo procedentes de Moldavia, Sri Lanka y Vietnam. El método para contratarlos es, principalmente, a través de agencias, pero la saturación que están experimentando este último periodo está provocando que mucha mano de obra acabe en otros países como Emiratos Árabes Unidos. Los empresarios ya se han quejado al Gobierno de la burocracia que se les exige para contratar.
El salario que están ofreciendo es de alrededor de 1.000 euros al mes, más alojamiento y comidas. Esto es suficiente para aquellos que provienen de países sumidos en una pobreza extrema, pero para otros se queda corto, por eso prefieren marcharse a territorios de forma ilegal porque se paga más.
Según datos recogidos por el medio británico, en 2022 expidió 100.000 permisos a trabajadores procedentes del exterior de la UE, aunque desde el Gobierno aclaran que muchos de estos certificados se concedieron a gente que ya llevaba tiempo en el país.