La generación 'Made in China': sin pensiones y con trabajos precarios

En China, cientos de migrantes acuden diariamente a la ciudad de Majuqiao, a 30 kilómetros de Pekín. El objetivo es lograr un trabajo diario con el que poder mantenerse, las tareas van desde la albañilería hasta el ensamblaje de piezas. Además de personas con baja cualificación también es foco de población con una edad que no resulta atractiva para la contratación en el país.

Li Cungui, un trabajador migrante de 54 años, cuenta a Financial Times: "Somos el grupo más vulnerable en el mercado laboral porque somos viejos y no estamos calificados". Uno de los trabajos recientes que ha hecho recientemente le pagaron 250 yuanes, es decir, 33,48 euros por 10 horas clasificando paquetes.

Pero Li no es el único caso, ya que cada vez hay un mayor porcentaje de población migrante mayor, que tras las restricciones por el covid les está costando mucho integrarse. El problema se agrava porque en las fábricas han puesto un límite de contratación de 40 años, como máximo; y cada vez hay menos puestos de baja formación, que se ofrecen a jóvenes o personas con nacionalidad china.

"¿Por qué alguien debería contratar a una persona de 50 años cuando hay muchas de 30 años que pueden hacer el trabajo más rápido y a un coste similar?", señala a FT un funcionario de Fuhuiya Human Resources, una agencia laboral en Majuqiao. este rechazo provoca que los mayores recurran a puestos con malas condiciones, como la construcción.

De esta forma, pese a haber alcanzado la edad de jubilación, muchos siguen trabajando ante el escaso valor de las pensiones. "China está pagando un precio social y económico significativo al dejar desatendidos a los trabajadores migrantes mayores", afirma Dan Wang, economista jefe de Hang Seng Bank China.

"No he tenido la oportunidad de adquirir ninguna habilidad comercial desde que comencé a trabajar a los 18 años"

La generación que ahora busca trabajos temporales es la que estuvo detrás del surgimiento del país como el taller del mundo. Ahora, se enfrentan a un sector empresarial que no les quiere contratar en medio de una crisis en el sector inmobiliario han sofocado la actividad económica.

Más de dos tercios de los trabajadores migrantes nacidos en la década de 1960 solo terminaron la escuela secundaria, según datos oficiales. "No he tenido la oportunidad de adquirir ninguna habilidad comercial desde que comencé a trabajar a los 18 años", explica Meng Yuhong, un jornalero de 56 años.