Estas tres señales podrían indicar que es el momento de que cambies de trabajo
- La autora publicó un libro con varias señales que indican si dejar un empleo
- Estas consisten en el salario, el bienestar y las expectativas del trabajador
- La misma recomienda de 3 a 12 meses para planificar el traslado
Iago Eguileta
Madrid,
Amy Porterfield trabajaba en el año 2009 como desarrolladora de contenido en Tony Robbins, compañía especializada en estrategias de negocio. A pesar de mantener una nómina regular y vacaciones pagadas, esto no era suficiente para ella. En su trabajo conoció a muchas personas que creaban negocios en línea, y se dio cuenta de que quería para sí misma la libertad de la que esos contactos gozaban.
Finalmente, la misma optó por abandonar su empleo estable y a tiempo completo, para probar suerte con varios tipos de negocios, por ejemplo impartiendo cursos en internet o mediante las ventas. Pero no fue hasta el año 2019 que dio en el clavo, con la creación de su Escuela de Cursos Digitales. Su proyecto consistía en enseñar a los interesados a crear cursos y clases online por sí mismos.
Las lecciones aprendidas con el proceso
"Fue el mayor lanzamiento de mi vida, con la mayor cantidad de valoraciones", comenta, añadiendo que ha ayudado a en torno a 50.000 estudiantes. Además, comenta que el negocio le ha reportado decenas de millones de dólares en beneficios.
Durante el pasado mes de febrero, Porterfield publicó el libro "Aviso de dos semanas", donde ofrece varias señales de alarma o 'red flags' que la autora pide considerar para saber si se debe reunir el coraje de abandonar el empleo actual.
Concretamente, la misma comenta que su libro está pensado para "aquellos que están en un cubículo ahora mismo mirando a su alrededor y pensando que tiene que haber algo mejor para ellos".
Tres motivos para cambiar de trabajo
1. Estar 'mal pagado'
Si la persona es consciente de que se le está pagando por su labor menos de lo que se debería, Porterfield dice que es una señal para dejar ese empleo. Esta habla de su propia experiencia, cuando en un trabajo anterior vio por accidente la nómina de un compañero en un fax. Si bien ella asegura que su propio trabajo era más cuantioso que el de su compañero y que su antigüedad era también mayor, descubrió que aquel otro trabajador estaba mejor pagado, por lo que se decidió a buscar otras oportunidades, y en 3 meses desde ese momento se marchó.
De acuerdo con el think tank estadounidense Pew Research Center, en dicho país norteamericano las mujeres ganan de media el 82% de lo que ganan los varones. Porterfield, por tanto, asegura: "Estar mal remunerado es un gran desencadenante del 'Se acabó para mi, tengo que seguir adelante'. La misma añade que se puede aprovechar para intentar paliar el descontento pidiendo un aumento de salario, pero en caso de no obtenerlo "se debe optar por un plan B".
2. Sentirse infravalorado o invisible
Además, si el trabajador cree que no está siendo tratado como debería por parte de sus superiores, la autora recomienda de nuevo pensar en una estrategia para cambiar de ocupación profesional. "A veces la gente se siente invisible con su empleo de ocho horas. Tienen ideas y las plantean, pero no se les presta atención", comenta, indicando que ese es probablemente un signo de que el trabajo no ofrece oportunidades de crecimiento.
Entonces, para quienes se sientan invisibles e infravalorados en su trabajo, y estén seguros de que no se da la importancia merecida a sus ideas, Porterfield recomienda buscar aquella oportunidad en la que los empleadores estén dispuesto a escuchar a la persona. Pero también aconseja la alternativa de crear un negocio, para el que "tus ideas se convierten en la prioridad número 1".
3. No querer tener el trabajo del jefe
La tercera señal que resalta la autora es cuando la compañía en la que se trabaja no ofrece las posibilidades o el tipo de ascenso que la misma persona requiere. "Una señal de alarma que se suele pasar por alto es mirar al jefe, y pensar en trepar por la estructura de la organización, para preguntarse si obtener el trabajo de este superior es algo que resulta de agrado al empleado", argumenta Porterfield. La misma recalca que es importante mirar hacia el futuro y ver dónde se puede acabar trabajando dentro de la empresa, para razonar si ese es el camino que se quiere seguir.
Por tanto, si tras este razonamiento uno llega a la conclusión de que no quiere ese tipo de trabajo, para en su lugar "ganar más dinero, hacer algo más creativo, o algo que entusiasme más", entonces la autora asegura que esa compañía no es la más adecuada para uno.
Finalmente, si quien lee estas líneas tiene claro que no quiere permanecer en la organización para la que trabaja, Porterfield tiene un mensaje claro: "Date tres, seis, nueve o incluso doce meses para planificar tus próximos pasos. Después, cuando lo tengas claro sal ahí y encuentra un lugar en el que crecer".