La estúpida filtración
Víctor Arribas
Artur Mas ha seguido hoy asegurando que la operación ordenada por el juez número 1 de El Vendrell, realizada con el fin de esclarecer las denuncias por corrupción presentadas por su socio ERC en Torredembarra, es una conspiración del Estado para perjudicar al movimiento secesionista y antiespañol que él ¿lidera?
Para ello, el president ha elegido una coartada que debe entrar por derecho propio en la antología de los mayores disparates de este Reino. Afirma como quien nos da una confidencia que un medio de comunicación filtró a su partido y a su gobierno la muy secreta información de que se preparaba al día siguiente "algo gordo" contra ellos, y que efectivamente al día siguiente se produjeron los registros en su sede y la de la Fundación CatDem, con un enorme aparato mediático lindando con el espectáculo.
No conozco, aunque tampoco digo que no exista, ni un sólo periodista digno de tal oficio que tenga semejante noticia y en lugar de publicarla en su medio, informe en primicia al perjudicado para que se prepare. Me aseguran que en Cataluña sí que es posible, pero si fuera así y mi inocencia rebasa todos los límites conocidos, ¿es creíble que el Ministerio del Interior, la Fiscalía o el Poder Judicial filtren la noticia de unos registros un día antes de que se produzcan con el fin de que se enteren los investigados?
Lo dicho, el mayor disparate que al señor Mas se le ha ocurrido en su catarata diaria de barbaridades políticas. Y más absurdo aún: si fuera así, ¿confesaría el máximo responsable del partido investigado que ha recibido una información como esa, reconociendo que ha tenido doce horas para destruir documentación valiosa para el juez y Hacienda?
No está de más aprovechar para exigir algo que los ciudadanos imparciales y no sectarios compartirán de inmediato: que cesen de forma fulminante las subvenciones a Fundaciones pertenecientes o en la órbita de partidos políticos.
No hay un solo dirigente que pueda explicar qué beneficio tiene para los españoles que existan FAES, IDEAS o CatDem. Son aparatos proselitistas jugosamente engrasados con dinero público y donaciones opacas, como se está demostrando, que se limitan a generar y alimentar ideologías partidistas. Que las paguen los partidos con su dinero, que por cierto también sale del bolsillo de los contribuyentes.