Mayores apuros para la legislatura
elEconomista.es
Los acontecimientos en torno a la moción de censura del PSOE se suceden con rapidez. Su debate es inminente, ya que la presidenta del Congreso, Ana Pastor, lo convocó para pasado mañana y terminará el viernes. En esa jornada, por tanto, se decidirá el futuro de una iniciativa parlamentaria que, según todos los visos, está abocada al fracaso. No en vano, cuatro días después de presentarse, solo tiene el apoyo de Podemos.
Sin embargo, el hecho de que la moción naufrague con prontitud no impedirá efectos colaterales muy perniciosos, sobre todo en el ámbito económico, donde la posibilidad de alcanzar pactos entre el PSOE y el PP saltó por los aires. Quedó ayer demostrado cuando la persona propuesta por el presidente Mariano Rajoy para gobernar el Banco de España, Pablo Hernández de Cos, no fue consensuada entre los dos grandes partidos, como previsiblemente ocurrirá con el subgobernador.
A más largo plazo, tampoco saldrá indemne la negociación de la reforma de la financiación autonómica. Es aún posible que Hacienda convoque el Consejo de Política Fiscal que prometió a los barones socialistas. Ahora bien, resulta dudoso que de ahí se derive ningún acuerdo de calado. La Comisión del Pacto de Toledo puede quedar también paralizada, en un momento delicado, en que las pensiones han vuelto a ligarse al IPC y se retrasa la entrada en vigor del Factor de Sostenibilidad. Aún se puede extender la imposibilidad de consensos a la educación y la justicia.
En esta circunstancias, cabe afirmar que la posición del Gobierno, a la hora de tomar decisiones, queda todavía más en precario, tras la afirmación de Ciudadanos de que retira su apoyo. Se trata de una situación que complica más la legislatura y que amenaza con abocarla a terminar antes de lo establecido.