Bolsa: evitar el optimismo excesivo
elEconomista.es
El mercado europeo encadena seis semanas consecutivas al alza. Es un hecho cuyo mérito crece si se considera el modo en que las bolsas del Viejo Continente hacen caso omiso a la confluencia de tres crisis de alcance. En primer lugar, actúa la escalada de los precios del crudo, aún sin techo claro una vez que EEUU abandonó el pacto de no profileración nuclear con Irán y amenaza, si Teherán no renegocia, con volver a someterle a embargos.
Italia contribuye también a la incertidumbre con la posibilidad de una repetición de las elecciones. Por último, se suma la debacle del peso argentino, que llevó a Buenos Aires a pedir auxilio al FMI, lo que debería notarse, sobre todo, en la bolsa española por su alta exposición al país austral. Pero el Ibex volvió a subir ayer (un 0,52%) y contribuye a demostrar el momento de fortaleza en el que se encuentra el mercado europeo.
En estas circunstancias, es razonable pensar que se recuperarán los máximos del año. Con todo, mucho menos lógico resulta confiar en que las subidas continuarán ininterrumpidamente. Aunque las alzas bursátiles no son tan pronunciadas, el escenario actual recuerda al que las bolsas presentaron en enero. Sus avances de entre el 3% y el 4% no impidieron la severa corrección de febrero, ante las expectativas de una rápida normalización de la política monetaria en EEUU. Ese pronóstico no ha desaparecido; de hecho se prevé que la Fed suba tipos cuatro veces este año.
Ahora, además, se añaden otras incertidumbres, como la desaceleración del crecimiento de la eurozona y la manera en que un crudo al alza puede ahondar ese proceso. Por tanto, pese a su vigor actual, conviene evitar el optimismo excesivo sobre las expectativas de la bolsa europea.