Rentabilidad irreal y fraudulenta
elEconomista.es
El chiringuito financiero desarticulado esta semana en Madrid por la Policía ha logrado despertar un amplio interés en la opinión pública. Pese a esa expectación, conviene no exagerar el alcance de este escándalo. La cantidad presuntamente estafada, 2,5 millones, es pequeña comparada con otros fraudes semejantes destapados en el pasado.
Pero, sobre todo, debe considerarse que este tipo de amenazas para el inversor son más habituales de lo que pueda parecer. Solo el año pasado, la CNMV lanzó cerca de 60 alertas acerca de plataformas potencialmente peligrosas, Y la respuesta de los supervisores no se queda ahí. Debe recordarse la histórica multa, superior a los 16 millones, que la CNMV impuso hace diez años al chiringuito Aurea Valores.
Sin embargo, todas estas acciones tendrán siempre un alcance limitado si existen ahorradores que muestran actitudes profundamente equivocadas en dos sentidos. En primer lugar, resulta inaudito creer que a través de una mera llamada telefónica, o accediendo a una página de Internet, se pueden controlar las muy complejas operativas financieras que les ofrecen, las cuales incluso implican supuestas transacciones en paraísos fiscales.
Pero más descabellado todavía resulta confiar en los exagerados resultados de los que estos estafadores presumen, basados en presentar rendimientos crecientes en toda circunstancia, capaces de obtener seis millones de un capital inicial de 500.000 euros en un tiempo récord. Una progresión así solo es posible si, como los afectados denuncian, sus cuentas virtuales estaban vacías y todos sus extractos eran falsos.
Todo ahorrador debe estar convencido de que este tipo de rentabilidades, totalmente fuera de mercado, son irreales y fraudulentas.