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Situación más justa para Cataluña


    elEconomista.es

    Aena presentó ayer su proyecto para convertir los alrededores del Aeropuerto de El Prat en un gran complejo logístico, hotelero y de oficinas. El plan busca aprovechar el gran potencial que contiene una infraestructura que está cerca de alcanzar su récord de viajeros, con casi 50 millones anuales.

    Un número tan elevado supone también poner al aeropuerto al límite de su capacidad, por lo que no debe extrañar que el Gobierno anunciara otro gran desembolso el mes pasado. Fue entonces cuando desveló sus planes de comunicarlo con el aeródromo de Girona, para que este último cumpla con las funciones de la cuarta pista de la que El Prat está necesitado desde hace años.

    Ahora bien, más allá del aeropuerto barcelonés, las inversiones en infraestructuras en Cataluña anunciadas desde el año pasado ya suman casi 4.800 millones, con proyectos como la modernización del servicio de cercanías ferroviarias Rodalies. No se puede hablar de ningún privilegio o trato de favor para Cataluña.

    De hecho, hay que recordar que esta autonomía, y las demás que componen el Arco Mediterráneo, veían reducidos los desembolsos previstos en los Presupuestos de 2017, todavía en vigor, en casi 400 millones con respecto a 2016.

    Por tanto, las nuevas inversiones que el Gobierno anuncia permiten bosquejar una situación más justa, capaz de compensar el déficit de infraestructuras que este territorio ha sufrido en los últimos años. Conviene ahondar esa tendencia, con la que sería la acción más decisiva: reformar el sistema de reparto de recursos entre las autonomías, tarea pendiente desde 2014, y acabar con la infrafinanciación que tanto Cataluña como el resto de las regiones mediterráneas sufren.