Editoriales

La necesaria estabilidad de CEOE

    En la imagen, Juan Rosell.

    elEconomista.es

    La reunión que ayer mantuvieron el Comité Ejecutivo y la Junta Directiva de CEOE se preveía conflictiva. No en vano, en las últimas semanas, trascendió el malestar de una parte de la patronal por la firma de un contrato de colaboración entre la Fundación Faes y CEOE.

    El acuerdo se incluye en los Presupuestos de 2018 de la Confederación, aún pendientes de aprobación, lo que quiere decir que no se han pagado a la Fundación los 75.000 euros acordados, a cambio de un estudio sobre Latinoamérica. Pese a ello, las críticas arreciaron por el modo en que se tramitó el acuerdo, ya que se presentó como Gasto Extraordinario y no se consultó a los órganos de gobierno.

    En paralelo, afloraron también reproches por la vinculación directa que establecía entre la patronal y una fundación política, ligada al expresidente Aznar. Pero, ante esta situación, el presidente de CEOE, Juan Rosell, ha reaccionado para evitar que el enfrentamiento se desencadenara en la reunión de ayer, gracias a que congeló el conflictivo contrato con anterioridad.

    De esta forma, Rosell abre también la puerta a que la colaboración con Faes se tramite en el futuro a través de vías alternativas, ajenas al organigrama de CEOE, un recurso que imposibilita el resurgimiento de la polémica. Debe aplaudirse el hecho de que se cierren todas las vías que conducirían a un enfrentamiento interno.

    La estabilidad en la patronal es un requisito indispensable para que la Confederación siga desempeñando su rol fundamental como agente social en momentos decisivos como los actuales. No en vano, aún está pendiente la negociación colectiva de 2018 y el mercado laboral afronta desafíos inéditos, como el desembarco de la economía colaborativa o la robotización.