Editoriales
Año clave para el futuro del Mobile
elEconomista.es
El próximo día 26 se inaugurará en Barcelona una nueva edición del Mobile World Congress (MWC). Pese a la inestabilidad política que se desató en Cataluña a finales del año pasado, la celebración de la edición 2018 en la Ciudad Condal fue asegurada, en gran parte debido a los elevados costes logísticos que habría supuesto improvisar un traslado a otra ciudad europea. Pero la situación cambia con respecto a 2019.
En este caso, sí habría sido posible articular el traslado, si GSMA (el organizador del acontecimiento) lo hubiese querido. Sin embargo, las empresas participantes ya han podido empezar los trámites para reservar expositores en el año próximo, por lo que puede afirmarse que Barcelona volverá a acoger el MWC en 2019.
La capital catalana posterga así, de momento, la posibilidad de sufrir un revés como el que encajó el pasado noviembre, cuando perdió toda esperanza de acoger la Agencia Europea del Medicamento, a punto de mudarse de Londres a causa del Brexit. Ahora bien, en lo que respecta al MWC, no hay lugar para el triunfalismo.
Es cierto que existe un contrato que liga su celebración a Barcelona hasta el año 2023, pero no debe ignorarse que GSMA cuenta con el derecho de trasladar la feria antes de ese ejercicio, si considera que la ciudad no ofrece el "entorno estable y seguro" que se considera indispensable para el Mobile World. Por tanto, el año 2019, el último de la legislatura que la alcaldesa Ada Colau inició en 2015, será una época clave para que la capital catalana demuestre que está a la altura de esas circunstancias.
Si el secesionismo se empecina en mantener la tensión, y Colau vuelve a hacer gala de su ambigüedad ante esta situación, es seguro que GSMA le retirará su confianza.