Editoriales

Perjuicio de la persistencia del FLA

    En la imagen, el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro.

    elEconomista.es

    Los mecanismos extraordinarios de financiación habilitados por el Estado, como el Fondo de Liquidez Autonómica (FLA) o el plan de pago a proveedores, continúan activos. El hecho de que la aprobación de los Presupuestos de 2018 siga en el aire no impide que el Gobierno les destine un volumen de recursos (12.150 millones ya aprobados para el primer trimestre) semejante al propio de 2017.

    Así, el capital liberado por estas vías, desde su creación en 2012, supera los 200.000 millones. Se trata de una cifra tan abultada que Hacienda ya deja abierta la puerta a aplicar condonaciones a la deuda con el Estado de las autonomías con "problemas de infrafinanciación". El Ministerio no aclara aún si ese alivio se articularía como quitas al principal, a los intereses (aunque en los últimos años se anularon) o también intervendrían ampliaciones de los plazos de devolución.

    Sin embargo, lo que ya puede afirmarse es que ésta no es la respuesta que requiere el elevado pasivo acumulado por las autonomías. La infrafinanciación está muy lejos de ser un problema relacionado con el FLA. Su solución pasa por acabar con el retraso en la reforma del actual sistema de reparto de recursos, por lo que no debe usarse como excusa para aplicar las quitas que Hacienda defiende ni, mucho menos, para justificar que mecanismos como el FLA sigan activos, provocando perjuicios, como la excesiva acumulación de deuda. Estas inyecciones de liquidez nacieron en plena crisis para solucionar las tensiones de tesorería de los Ejecutivos regionales. Ahora, en plena recuperación y con los mercados internacionales abiertos para las autonomías, carece de sentido que continúen en marcha y engrosen un pasivo ya muy alto.