Editoriales
La CNMV pudo frenar a Fernández Ordóñez
elEconomista.es
Los dos máximos responsables de la CNMV en el momento de la salida a bolsa de Bankia, el presidente Julio Segura y el vicepresidente Fernando Restoy, declararon como investigados por la fallida OPS. Las declaraciones de Segura y Restoy discurrieron en un mismo sentido, orientadas a defender que la mayor responsabilidad en la supervisión de esta operación correspondió al Banco de España.
Sin duda, no puede discutirse que la vigilancia del estado de las cuentas de una entidad financiera concierne a sus auditores y, sobre todo, a la institución entonces dirigida por Miguel Ángel Fernández Ordóñez. De hecho, sólo puede sorprender que, en la primera declaración que prestó durante la instrucción del caso, en 2013 en calidad de testigo, Fernández Ordóñez afirmara sin tapujos que el organismo que gobernaba se limitó a desempeñar un "papel menor" en la OPS de Bankia.
Ahora bien, reconocer la alta responsabilidad propia del Banco de España no equivale a asumir que la CNMV tuviera que conformarse con un rol accesorio. Las declaraciones de Segura y Restoy apuntan a ello cuando aseguran que se limitaron a juzgar el folleto de emisión de la OPS que se les presentó. Pero la Comisión es la garante de que los inversores reciban toda la información que ella considere necesaria.
Esa competencia la habilita para demandar los datos que crea pertinentes y, en caso de no disponer de ellos o hallarlos insuficientes, puede rechazar el folleto. Ni Segura ni Restoy hicieron objeciones, una cautela que quizá habría puesto en su conocimiento los correos dirigidos al Banco de España por sus inspectores, que avisaban del error de sacar Bankia a bolsa. El supervisor del mercado, por tanto, pudo frenar al Banco de España.