Urgen unos nuevos Presupuestos
elEconomista.es
España está a punto de poner fin a más de 300 días de interinidad, una vez que, este próximo viernes, los ministros del Gabinete del recién investido presidente Rajoy juren o prometan sus cargos. Se evitará así prolongar una incertidumbre que, si bien no dejó sentir aún sus efectos en el crecimiento económico, constituía una fuente de serios riesgos para la recuperación a medio y largo plazo.
Con todo, conviene asumir que la formación de un Gobierno con plenos poderes no implica que la amenaza de una nueva parálisis esté descartada. La insuficiente mayoría con la que el PP cuenta permitía presagiar una legislatura difícil ya en la noche electoral del 25 de junio. Pero esos vaticinios no han dejado de reforzarse desde entonces, al compás que marcó la división interna del PSOE, de nuevo manifestada el sábado con la ruptura de la disciplina de voto por 15 de sus diputados.
En estas circunstancias, es previsible que la cúpula socialista se afane en aprovechar la primera oportunidad que se le presente para hacer una demostración de fuerza contra Rajoy. Y la ocasión más idónea la ofrece el debate para aprobar unos nuevos Presupuestos. Pero nada sería más perjudicial que propiciar el fracaso de las Cuentas del Estado para 2017. Supondría una temeridad dejar al Gobierno desarmado para afrontar un año clave, como el próximo, en que deberá acometer un ajuste adicional de 5.000 millones en el gasto público, exigido por la UE.
Si a ello se suman la influencia de un contexto económico más complejo, en el que se espera una desaceleración del PIB español y la influencia de nuevos factores (como un crudo más caro), debe concluirse que urge la aprobación de unos nuevos Presupuestos y evitar que se conviertan en rehenes de la lucha política.