Editoriales

Unir esfuerzos en pro del Corredor


    elEconomista.es

    Las jornadas 'Valencia, motor del Corredor Mediterráneo', que elEconomista celebró ayer en la comunidad levantina, fueron escenario de un importante anuncio. El secretario de Estado Julio Gómez-Pomar aseguró que hará un esfuerzo para acelerar las obras de la infraestructura ferroviaria que, de la costa andaluza a la frontera francesa, convertirá al arco mediterráneo en la principal entrada al mercado europeo, por el Sur, para las mercancías que llegan por mar. Valencia tiene un rol crucial, y no puede extrañar que sus sectores empresarial e institucional impulsen la reivindicación que Fomento asume.

    Sin duda, tienen motivos para hacerlo, al sufrir directamente los retrasos que acumula una obra que debió concluirse en 2015. Ahora bien, hubo razones de peso que justifican las demoras en un proyecto que nunca se ha paralizado. Los plazos se habrían cumplido si se hubiera mantenido el plan de aplicar el ancho de vía internacional en todo el Corredor. Pero no era una pretensión aceptable, considerando que los equipos de los transportistas operan adaptados a los raíles ibéricos y que existía el riesgo de aislar ferroviariamente a Levante de Aragón y a Cataluña de Andalucía.

    Fomento encontró la solución en el tercer hilo, la instalación de un riel adicional que posibilita el uso mixto de una misma vía. Pero esa acción obligó a volver a sacar a concurso varios tramos y a compensar a antiguos adjudicatarios. A ello debe unirse el surgimiento de problemas técnicos y la necesidad de hacer modificados en las obras. Por tanto, hay razones para justificar la posición que mantienen todas las partes implicadas, pero lo fundamental ahora es conciliar las diferencias y unir esfuerzos para que un proyecto de tanta importancia sea una realidad.