Prórroga que hay que aprovechar
elEconomista.es
La UE ha pasado de desplegar toda la artillería para castigar a España por el incumplimiento del déficit a promover una prórroga adicional para que el país rebaje el desvío por debajo del 3%, que es lo que marcan las reglas fiscales europeas. Gracias a ello, España tendrá hasta 2018 para corregir el desvío de las cuentas públicas. Por si fuera poco, la multa por incumplir los objetivos de 2015, que podría haber superado los 2.100 millones de euros, se quedará presumiblemente en una penalización económica mucho menor, casi simbólica.
Bruselas ha entendido que el parón político, unido a la caída de los ingresos, hacía imposible que España pudiera cumplir las directrices al cierre de 2017. De hecho, las previsiones que tienen en Bruselas coinciden con las de la AIReF al esperar que España termine este año por encima del 4,1%. El desvío podría ser incluso mayor si el Gobierno no aplica el ajuste al impuesto de sociedades para recaudar 6.000 millones de euros adicionales. Resulta evidente que Bruselas ha sido sensible a la situación, pero eso no exime al Gobierno de que siga haciendo esfuerzos de cara a recortar el déficit.
Urge poner en marcha reformas estructurales que permitan recaudar 7.500 millones de euros, cantidad que la Comisión solicitó a nuestro país para recortar el déficit. La magnitud del reto requiere unos nuevos Presupuestos para 2017 orientados a cumplir nuestros compromisos. Pero eso no se puede conseguir con un Gobierno en funciones y con unos partidos políticos que no permiten que el país se ponga en marcha. Bruselas nos ha dado un balón de oxígeno. España no se puede permitir el lujo de despreciarlo y no aprovecharlo.