Editoriales

Rivera propicia la gobernabilidad


    elEconomista.es

    Mariano Rajoy culmina en estos días la ronda de contactos que inició la semana pasada, mediante encuentros como el que hoy celebra con el líder de Ciudadanos, Albert Rivera. Desde las elecciones de junio, mucho ha cambiado la actitud del partido naranja hacia el presidente de los populares. Atrás parecen quedar los vetos a la figura de Rajoy, una estrategia que le salió cara en términos de votos a Ciudadanos el 26-J, y que carece de toda racionalidad, una vez que el jefe del Ejecutivo en funciones revalidó su victoria, y convirtió a su partido en el único de los cuatro principales que mejoró resultados.

    Incluso, Ciudadanos se muestra dispuesto a llegar más lejos y estudia la posibilidad de entrar en un Gobierno del PP, a cambio de que éste asuma más reformas. El sentido que éstas tendrían no debe provocar ninguna alarma. Es bien conocido que Rivera está en las antípodas de quienes reclaman la derogación de la reforma laboral. Aunque Ciudadanos se muestra crítico con ella, nunca llevó sus ataques más allá de instar a corregir sus puntos débiles, como la aún muy alta temporalidad. Del mismo modo, también ha demostrado su preocupación por someter el gasto público, especialmente el autonómico, a un verdadero control y asegurar que los nuevos Presupuestos sean respetuosos con el objetivo de déficit. Rivera se presenta, por tanto, con peticiones sensatas que propician la gobernabilidad y no debe extrañar que el PP se muestre dispuesto a escuchar e incluso a ofrecer a Rivera una Vicepresidencia. Sin duda, el camino hacia el acuerdo aún puede ser largo, pero resulta prometedor en la medida en que abre puertas a evitar unas terceras elecciones, esquivando al mismo tiempo las opciones populistas y regresivas.