Editoriales

El valioso legado de César Alierta


    elEconomista.es

    A punto de cumplir 71 años, el presidente de Telefónica, César Alierta, cede el testigo al actual consejero delegado de la teleco, José María Álvarez-Pallete. Es un retiro voluntario, capaz de garantizar un relevo generacional sin tensiones que, por ello, merece sumarse a la larga lista de aciertos que ha caracterizado la gestión de Alierta. Las cifras avalan con rotundidad esta última. Han sido 16 años en los que Telefónica se ha convertido en la primera multinacional española y ha elevado su número de clientes a un nivel, más de 341 millones, que sólo superan los gigantes chinos o Vodafone.

    El crecimiento requirió esfuerzos, y lo atestiguan los accionistas, tras encajar una caída del valor de sus títulos del 47% desde 2000; con todo, la compañía se ha afanado en compensarlos blindando el dividendo y dotándolo de una de las rentabilidades más altas de Europa, 7,6%.

    Sin embargo, quizá el mayor mérito de Alierta estriba en que ha obtenido sus logros sorteando difíciles circunstancias; no en vano accedió a la Presidencia en pleno estallido de la burbuja tecnológica y pilotó el auge de la empresa en medio de la revolución de la telefonía móvil y de Internet.

    Es, por tanto, una experiencia de alto valor la que Álvarez-Pallete recibe, en la medida en que el horizonte que afronta no es más sencillo. La presión de las tecnológicas como Google obliga a dar un salto cualitativo, desde la oferta tradicional de conectividad, a la formación de una teleco digital que ofrezca multitud de servicios y productos, desde televisión hasta seguridad. Álvarez-Pallete lleva años propiciando esta transformación y es la mejor garantía de que Telefónica cuenta con fortaleza suficiente para continuar, y aumentar, el legado de Alierta.