Editoriales

Abengoa: hacia el acuerdo definitivo


    elEconomista.es

    Abengoa logró ayer evitar la entrada en el mayor concurso de la historia empresarial española, al conseguir que el juez admitiera a trámite su petición de prórroga para continuar las negociaciones con sus acreedores. Se trataba de un paso logístico fundamental, en la medida en que los plazos se habían vuelto demasiado estrechos como para permitir tener ya cerrado un acuerdo de reestructuración, caracterizado por su elevada complejidad.

    No en vano el pacto tiene que contar con el refrendo de los comités de riesgo de todos los acreedores, a lo que debe sumarse el placet de la junta de accionistas de la propia multinacional andaluza. Ahora bien, el éxito de Abengoa va mucho más allá de, simplemente, ganar tiempo para mantener abierta la mesa de negociaciones.

    De hecho, ya puede apuntarse el logro de haberse presentado ante el juez con el apoyo del 75% de la masa acreedora. En otras palabras, superó en un 15% el mínimo de respaldo que la ley exige para que la prórroga pueda tramitarse. Es un buen augurio que anima a prever que no serán necesarios los siete meses de margen extra para extender el preconcurso que la normativa concede, y resultará posible que, en este abril, se encuentre ya cerrado el acuerdo definitivo, aquél que abre camino hacia la Nueva Abengoa.

    De momento, los grandes bancos (el llamado G-6) y los mayores bonistas, poseedores entre ambos del 40% de la deuda total, ya han respaldado el plan de reestructuración. Si a ese hecho, se suma la perspectiva de una empresa más pequeña, que ya acumula carga de trabajo y cuya cúpula no está dispuesta a incurrir en los errores de gestión del pasado, lo más probable es que el resto de acreedores también se sume.