Editoriales

Una aplicación inaceptable del FLA


    elEconomista.es

    La situación financiera límite de Cataluña, incapaz de afrontar un vencimiento inminente de 1.600 millones, es bien conocida. También lo es la intención de Hacienda de evitar que esta autonomía declare un impago. Pero ni siquiera tan sensato propósito justifica el plan que el ministro en funciones, Cristóbal Montoro, baraja.

    Como trascendió de su último encuentro con el conseller Oriol Junqueras, Montoro estudia extender el alcance del Fondo de Liquidez Autonómica (FLA), para que también asuma deuda a corto plazo de estos territorios, como la que ahora acorrala a la Generalitat. Se trataría de un paso inédito, en la medida en que, desde su creación en 2012, el Fondo limitó su acción al pasivo con vencimiento a plazos de más de un año. Esta es la forma de funcionar coherente con la naturaleza de un mecanismo de auxilio que se creó en un momento excepcional, cuando la solvencia a largo plazo de muchas autonomías se vio cuestionada y se encontraron con los mercados financieros cerrados. Otra cuestión muy diferente es la que tiene que ver con los problemas de deuda inmediatos y puntuales, que tan frecuentes son. De hecho, más allá de Cataluña, también afrontan tensiones de tesorería Valencia, Murcia o Extremadura y es previsible que también hubiera que extender a ellas el nuevo FLA. Nada sería más perjudicial que seguir engrosando el endeudamiento público, al tiempo que se transmite a las autonomías el mensaje de que pueden asumir todo tipo de riesgos a corto plazo, ya que el Estado asumirá el pasivo y aportará liquidez si llegan los apuros. La indisciplina fiscal de estos territorios ya es demasiado elevada, como para que se fomente aún más con este uso impropio e inaceptable del fondo.