Un primer paso para frenar al crudo
elEconomista.es
El país productor de referencia en la OPEP, Arabia Saudí, y uno de los principales exportadores de crudo ajenos al cártel, Rusia, acordaron ayer congelar su producción e intentar poner un suelo al derrumbe que presentan los precios de esta materia prima. El pacto cuenta con numerosas limitaciones y el mercado las evidenció, propiciando nuevas caídas, superiores al 3%, en el barril Brent y en el West Texas.
Por un lado, no se trata de una alianza para reducir el bombeo; éste, simplemente, queda congelado en los de por sí muy altos niveles que alcanzó el mes pasado: 43 millones de barriles al día. En segundo lugar, debe destacarse la ausencia de dos de los principales productores mundiales, y también miembros de la OPEP: Irán e Irak.
En el caso del país chií, sigue primando su interés por recuperar mercado una vez que está libre de sanciones internacionales y, desde ayer, exporta sin trabas. En lo que a Irak respecta, los gastos de su guerra contra el Estado Islámico son demasiado elevados como para plantearse rebajar su bombeo. Sin embargo, pese a sus flaquezas, sería precipitado despreciar el acuerdo entre Moscú y Riad.
El placet de un país de tanto peso como Arabia Saudí permite prever que pronto le seguirán otros miembros de la OPEP; de hecho, se han sumado desde el inicio Venezuela y Qatar. Pero, sobre todo, es importante resaltar que no se producía un pacto de gestión de la oferta de crudo desde 2014. Estamos, por tanto, ante un primer paso que, si bien no tiene capacidad de evitar nuevas depreciaciones del crudo en los próximos días, sí puede poner un freno a medio plazo en los niveles de precios actuales, lo que implica buenas noticias para unos mercados bursátiles que se mueven a merced del petróleo.