Grecia se inmola y espera una quita
elEconomista.es
Dice un proverbio árabe que los europeos tenemos relojes, ellos tienen tiempo. Cuando parece que al reloj de la crisis no le quedan segundos, volvemos a descubrir que el espacio temporal para que se resuelvan los problemas griegos sigue siendo ilimitado. Grecia ha votado no a una oferta que no estaba sobre la mesa, pero que tras los resultados volverá a reformularse en los próximos meses. El no de los griegos, por el momento, aleja la puerta a un tercer rescate, a la ayuda comunitaria, y hasta a la ansiada quita griega (del 30% como esperan los mercados).
Seguiremos dilatando el problema principal en el tiempo como dice el proverbio árabe, y no como europeos que sabemos que los griegos no pueden pagar lo que deben. Al final tendremos que dar las gracias a la torpeza del presidente Tsipras, que al ser quien ha provocado el plebiscito ha evitado que sea Europa quien ponga en la pista de salida del euro a la población helena, y sean ellos mismos los que reconozcan que tienen que estar dispuestos a hacer reformas y sacrificios porque han creado un olimpo de estado de bienestar que no se puede permitir.
Sobre todo ahora que oficialmente están señalados como morosos reconocidos. Si se consuma la quita, la victoria del no, con una buena parte de la población reconociendo los errores, deja el esbozo ante toda la sociedad europea de que puede empezar a acabarse el dolce far niente. Esta es la expresión Italiana que tanto teme Europa porque lo que se juega en el frente de batalla griego es una guerra más grande en la que hay que repeler opciones políticas como las que defienden Pablo Iglesias o Pablo Grillo, parapetadas en la creencia de que lo público es gratis.