Editoriales

El petróleo presiona a Draghi



    El arranque de año no sólo ha traído más incertidumbre sobre el futuro próximo de Grecia, sino una bajada adicional del precio del crudo, que ya sitúa al Brent en los 51 dólares por barril. Aunque las próximas elecciones en el país heleno y la posibilidad de victoria de Syriza seguirán alentando teorías sobre la posible salida de Grecia del euro y la quita de su deuda, es el petróleo el factor que presiona con más fuerza al Banco Central Europeo (BCE) para implementar esas medidas extraordinarias de las que su presidente habla desde hace meses.

    Ya el pasado viernes, Mario Draghi explicó que su mandato correría riesgo de fracasar si no conseguía garantizar la estabilidad de los precios y que la deflación, aunque improbable, no podía ser descartada. Sólo han pasado cinco días desde entonces, y el precio del crudo no es sólo hoy casi un 10% más barato, sino que las previsiones indican que seguirá su descenso. Las bolsas, por su parte, traducen este contexto con el peor inicio de año de los últimos quince.

    "Nos encontramos en las preparaciones técnicas para ajustar el montante, la velocidad y la composición de nuestras medidas de comienzos de 2015, si llegara a ser necesario, para reaccionar a un período demasiado largo de inflación baja", dijo ese mismo día el banquero italiano. El cóctel, que supone una auténtica amenaza para la "débil y desigual" recuperación europea, como la define Draghi, no deja otro camino al BCE que la compra masiva de bonos soberanos, el llamado QE o flexibilización cuantitativa. La reunión del día 22, a sólo tres jornadas de las elecciones griegas, podría ser la fecha elegida para poner en marcha el programa y, con ello, dar un golpe de efecto dirigido a los mercados.