Editoriales
Objetivo: crear empleo de calidad
El año 2014 va camino de distinguirse como el mejor ejercicio para el empleo desde que comenzó la crisis. Juega a su favor el hecho de que, de momento, en todos los meses hubo creación de empleo, con la única excepción de los muy estacionales enero y agosto. Noviembre pasado no fue una excepción, con el mérito añadido de que lo normal desde 2007 ha sido que la afiliación cayera en más de 100.000 personas en el undécimo mes hasta este año, cuando se elevó en 5.232 personas respecto a octubre, lo que contribuye a una fuerte alza de más de 400.000 personas en 12 meses.
Los datos de paro, según los registra el antiguo Inem, también son positivos en la medida en que los 14.688 desempleados menos en relación a octubre implican la mayor caída en un noviembre de la serie. Cifras como éstas demuestran hasta qué punto la reforma laboral cumple con uno de sus objetivos: posibilitar la creación de empleo con incrementos del PIB inferiores al 2%.
No obstante, no son todo éxitos en los más de dos años que la reforma lleva en vigor. El total de parados que Empleo reconoce aún está en niveles intolerables (4,51 millones). Además, la precariedad domina. De hecho, el 91,5% de los contratos firmados en un noviembre histórico como el pasado eran temporales. Y de los indefinidos, el 43,5% son a tiempo parcial. La creación de empleo de calidad está pendiente.
Resulta ilusorio esperar que se produzca con rapidez, tras seis años de crisis. Medidas como la tarifa plana de 100 euros ayudaron temporalmente. Sin embargo, lo verdaderamente decisivo será contribuir a que la aún incipiente recuperación económica cuente con cimientos sólidos.