Editoriales

Editorial: Gowex hunde la bolsa de juguete



    Ni una semana ha pasado desde que un broker desconocido en España, con nombre sacado del mundo de los comics, señalara a Gowex como un enorme fraude. La sorpresa inicial, que el consejero delegado no respondiera con rapidez y contundencia a las acusaciones mientras las acciones se desangraban en bolsa, ha dado paso al estupor: Jenaro García ha admitido, primero en su consejo y después ante el juez, que ha falseado las cuentas de la compañía durante al menos los últimos cuatro años, es decir, desde su salida al Mercado Alternativo Bursátil (MAB).

    Lo peor de todo este asunto no es que la compañía se vea forzada a entrar en concurso ni los inversores, grandes y pequeños, atrapados en el valor, sino las consecuencias que puede tener para el resto de los títulos que cotizan en el MAB. Por ello, urge una reflexión sobre cómo pudo pasar inadvertido el falseamiento de la realidad contable de una empresa durante años.

    La supervisión, responsabilidad de un consejo formado por cuatro personas, ha fallado estrepitosamente, al igual que lo ha hecho el auditor, y con ello extiende dudas sobre la credibilidad del resto de empresas de este mercado, propiedad de BME.

    Es cierto que el MAB nació con menos requisitos para facilitar la salida al mercado de empresas de pequeño tamaño, pero esta simplificación no se puede traducir en una rebaja de la protección al inversor y en la confianza en la honradez de los gestores como única barrera contra el engaño. Gowex ha descubierto una bolsa de juguete con pocas o nulas armas para funcionar correctamente. Por ello, se debe plantear cambios radicales en el MAB, incluso la supervisión de la CNMV, pero hay que acabar con este desamparo de inversores y cotizadas.