Editoriales

Editorial: El BCE se desmarca de los hombres de negro



    El protagonismo de los banqueros centrales, hasta hace poco desconocidos para el gran público, entraña riesgos. Mario Draghi lo sabe y asiste incómodo a la imposición de medidas de política económica a los países rescatados, al ser parte de la troika que supervisa las reformas, junto al FMI y la Comisión Europea.

    Desde dentro de la Eurotorre, sede de la entidad en Fráncfort, se ejerce una gran presión para que el BCE se desmarque de los hombres de negro y limite su papel al control y a la compra de deuda pública. Por su parte, Alemania incide en que se dedique a la inflación.

    La polémica se cruza con los cambios que comportará la unión bancaria, que se debe aprovechar para definir con nitidez el papel del BCE. Más cuando de él dependerá la salud de la banca europea.