En las últimas jornadas, el foco mediático mundial ha pasado de estar en una guerra comercial entre las principales potencias económicas del mundo a estar en Turquía. Tras las sanciones impuestas por Estados Unidos al país euroasiático, la lira se ha desplomado, haciendo saltar todas las alarmas en el país presidido por Erdogan | Consulte aquí la cartera modelo de 'elMonitor' al completo.
La crisis turca se ha dejado notar en las bolsas de todo el mundo, especialmente en Europa y las emergentes, que acumulan ya varias sesiones con pérdidas. Uno de los sectores del Viejo Continente más castigados ha sido el bancario por su exposición a los activos turcos y por las dudas que se vuelven a sembrar sobre cuándo el mercado estará preparado para comenzar a subir los tipos en Europa, lo que parece retrasarse de nuevo.
Así, la banca europea ha sido penalizada estos días, cayendo a niveles no vistos desde el Brexit. Y dentro de la industria financiera, Intesa Sanpaolo ha sido unos de los principales objetivos de las ventas por parte de los inversores. En números, la italiana se ha dejado un 15% en lo que va de mes y un 6% sólo en las últimas tres sesiones.
Este fuerte descenso ha dejado sus títulos en niveles mínimos de los últimos 16 meses, rozando así el stop loss (precio de cierre para limitar las pérdidas) fijado por elMonitor en los 2,2 euros. La operativa, aunque dejaría pérdidas del 25% desde su apertura, ha aportado dividendos de más del 7% a la herramienta de ideas internacionales de Ecotrader.
Precisamente es la rentabilidad por dividendo el factor más llamativo ahora para el inversor ya que estas caídas han tenido como consecuencia que, a precios actuales, el pago anual que realiza Intesa se acerque ya al 9% de rentabilidad, en concreto, un 8,92% que podría ser mayor si el descenso en bolsa se prolonga.
Este rendimiento es el mayor que ha dado una retribución del banco transalpino en toda su historia pese a que el pay-out (porcentaje del beneficio dedicado al dividendo) se ha ido reduciendo desde 2016, cuando se situaba por encima del 110% hasta ahora, que se encuentra en el 80% de las ganancias esperadas de 2018 aunque mantiene, de momento, intactos los 0,20 euros por acción al año, la mayor cifra desde 2007. Hasta mayo de 2019 no repartirá el dividendo a cuenta de este ejercicio.