Los bajistas se han vuelto a imponer en Wall Street por cuarta jornada consecutiva ante la profundización de la crisis turca, que se ha contagiado al resto de divisas emergentes y a los sectores energético y de materias primas.
Así, el Dow Jones se ha dejado un 0,5% hasta los 25.187 puntos mientras que el S&P 500 ha cedido un 0,4% y se queda en los 2.821 enteros. Por su parte, el Nasdaq 100 ha cerrado en los 7.401 puntos tras perder un 0,1% en la sesión.
Desde el punto de vista técnico, "el hecho de que el Dow Jones Industrial y el S&P 500 hayan marcado nuevos máximos crecientes en sesiones previas, y que el Nasdaq 100 mantenga el entorno de los 7.240/7.207 puntos es un signo de fortaleza que refuerza un escenario de mayores alzas y aleja el riesgo de ver una consolidación más amplia", explica Carlos Almarza, analista de Ecotrader.
"Una vez que el S&P 500 ya se encuentra en las proximidades de sus máximos históricos establecidos a finales de enero en los 2.872 puntos, origen de la última fase correctiva, consideramos normal que encuentre dificultades y podría tomarse una pausa a corto plazo en los ascensos, pero mientras no pierda los 2.795 puntos no habrá signos de agotamiento comprador destacables, que es lo que no debe de ceder para no abrir la puerta a una consolidación más amplia", continúa Almarza.
"En el caso del Nasdaq 100, mientras se mantenga sobre su directriz alcista de aceleración que discurre por los 7.240 puntos y el hueco alcista abierto hace cuatro semanas desde los 7.207 puntos no habrá signos de debilidad destacables que impidan que podamos ver mayores avances", finaliza el experto.
Los valores financieros, energéticos y ligados a las materias primas han conducido a Wall Street a su cuarta sesión consecutiva en rojo. La depreciación de las divisas emergentes, contagiadas por la crisis en Turquía.
Asimismo, el dólar ha continuado con su fuerte ascenso de los últimos días y el euro ya ha perdido la zona de los 1,14 dólares, situándose en mínimos de junio del año pasado. Además, los especuladores (contratos alcistas netos) sobre la divisa comunitaria se sitúan en mínimos.
Por último, otro movimiento destacado de la jornada ha sido la evolución del oro que, lejos de servir como refugio ante esta nueva fuente de incertidumbre, ha vuelto a perder valor y ya se encuentra en mínimos no vistos desde enero de 2017, por debajo de los 1.200 dólares por onza.