El destino ha querido ser caprichoso en la jornada anterior al 19 de octubre, día en el que se celebra el trigésimo aniversario del Lunes Negro, sesión en la que la bolsa norteamericana colapsó y el Dow Jones, por ejemplo, caía más de un 20%. Tres décadas después, los principales índices norteamericanos cotizan en máximos históricos y el selectivo industrial ha conseguido cerrar por encima de los 23.000 puntos por primera vez.
La jornada se ha resuelto con tono mixto ya que el Nasdaq 100 ha cedido un 0,13% hasta los 6.114 puntos, evitando así una nueva triple corona. El Dow Jones se ha anotado un 0,7% y marca ya 23.157 enteros mientras que el S&P 500 ha sumado un 0,07% y se sitúa en los 2.561 puntos básicos.
Estos máximos de todos los tiempos "es algo de todo menos un signo de debilidad", apunta Joan Cabrero, jefe de estrategia de Ecotrader. "Se mantiene, por tanto, la subida libre absoluta al otro lado del Atlántico, que es la situación técnica más alcista que existe".
"A corto plazo seguimos considerando que el Nasdaq 100 podría buscar en próximas sesiones la resistencia creciente que discurre por los 6.170 puntos. Niveles análogos ya han sido superados por el Dow Jones Industrial y el S&P 500", concluye el experto.
Curiosamente, hace 30 años la compañía más grande de Wall Street era IBM, que hoy ha presentado sus resultados trimestrales batiendo todas las expectativas, lo que se ha visto reflejado en el parqué con una subida cercana al 10%, a la que ha seguido la de Goldman Sachs, con un 2,5%.
El mercado está premiando que la mayoría de las firmas que ya han anunciado sus cuentas han mejorado las expectativas de los analistas y el jueves llega el turno de Philip Morris, Verizon y Bank of New York, entre otras.
Asimismo, la Reserva Federal ha publicado su Libro Beige en el que confirma que la economía de Estados Unidos sigue creciendo pero a un ritmo "modesto y moderado", lo que ha sido un jarro de agua fria para el dólar, que ha vuelto a depreciarse frente al euro y este se vuelve a rozar los 1,18 dólares.