Pese a que en los últimos días se han vivido sesiones que invitaban a deshacer posiciones, la renta variable continúa dando muestras de fortaleza. El mercado no pierde la tendencia alcista, y los inversores están dispuestos a pagar múltiplos de beneficio elevados para arañar el escaso potencial que todavía les queda a los índices de Europa y Estados Unidos
El mercado tiene ya poco potencial, pero la tendencia alcista sigue despertando el apetito inversor. Tras nueve meses subiendo -el Ibex se anota un 34% y el Dow Jones un 23% desde el sí al Brexit-, cualquier corrección continúa considerándose una oportunidad para comprar. "El exceso de liquidez impide que veamos grandes caídas en las bolsas", explican distintas fuentes del mercado.
En los últimos días se han vivido sesiones que invitaban a recortar la exposición a bolsa y que, sin embargo, se han salvado en positivo. Como la del pasado miércoles, tras caer Wall Street más de un 1% el martes en su peor sesión desde octubre. Sin embargo, el mercado se dio la vuelta, dando muestras de fortaleza. Natalia Aguirre, directora de análisis de Renta 4, explica las razones de ello: "La macro va bien, los resultados empresariales también y siguen produciéndose movimientos corporativos que sirven de apoyo a las valoraciones del mercado".
En opinión de Aguirre, una cierta toma de beneficios "sería sana" después del acelerón posterior al referéndum en Reino Unido y de las elecciones en Estados Unidos el pasado mes de noviembre. "Como potenciales motivos de esta toma de beneficios están, por ejemplo, los posibles problemas de Donald Trump para sacar adelante sus estímulos fiscales o el ruido político en Europa, sobre todo de cara a las elecciones francesas; o que los datos macro flojeasen".
El hambre inversora no se sacia por más que los potenciales sean cada vez más tímidos. Especialmente el del Ibex, que en los últimos días, gracias al repunte de la banca, ha agotado completamente su recorrido bursátil. Es el único de los principales índices cuya cotización ya ha alcanzado lo que los analistas (del consenso de Bloomberg) consideran su precio justo, aunque muchos de sus homólogos cuentan con recorridos ya muy limitados. El del EuroStoxx 50, por ejemplo, se reduce al 4,5%, y el del Stoxx 600 al 5,2%. El alemán Dax, por su parte, se ha quedado con un potencial de sólo el 4%.
No sólo tienen poco recorrido; los índices también están caros respecto a su media histórica, especialmente en Estados Unidos. El multiplicador de beneficios (PER) del S&P 500 se sitúa actualmente en las 17,6 veces, en zona de máximos de 2004; el del Ibex está en las 14,6 veces y del Stoxx 600 en las 15. Sin embargo, el mercado sigue resistiendo.
"El primer pilar que apoya a la renta variable son los beneficios empresariales, y la temporada de resultados ha sido positiva en comparación con años previos; además, muchas compañías están inmersas en procesos de fusiones y adquisiciones, lo cual también es bueno", explica Rose Marie Boudeguer, directora del servicio de estudios de Banca March, que agrega: "No nos creíamos que el mundo podía sostener su crecimiento, y lo está haciendo". El único factor que juega en contra de las bolsas, añade Boudeguer, es el político, en particular la incertidumbre en torno a las elecciones galas, que se celebran los días 23 de abril (la primera vuelta) y 7 de mayo (la segunda).
"Me cuesta creer que antes de la resolución de las presidenciales en Francia vayamos a ver mucho más recorrido al alza de las bolsas", señala José Lizán, gestor de Quadriga Funds, que también encuentra que, "una vez más, todos los riesgos son de tipo geopolítico".
El beneficio subirá un 30% en Europa
Los PER que se pagan, sobre todo en Estados Unidos, son elevados. Más allá de las casi 18 veces del S&P 500, el Dow Jones cotiza con una ratio de 16,8 veces sus beneficios de 2017; está más barato que su compatriota, pero aún así los inversores pagan por él una prima del 28 por ciento respecto a la media de la última década (ver gráfico).
Algo menores son tanto los múltiplos como las primas que se pagan en Europa, que aún así se sitúan en el entorno del 20% para índices como el Ibex o el Stoxx 600, y que se disparan hasta el 27% en el caso del EuroStoxx.
Ahora bien, la forma de contemplar estos multiplicadores no debe ser la misma a uno y otro lado del Atlántico. Porque, mientras los beneficios empresariales crecerán este año entre un 7 y un 10% en Estados Unidos, el alza se dispara hasta el entorno del 30% en el caso del Viejo Continente. Y el aumento de las ganancias se traducirá en un abaratamiento por PER. Llama la atención el caso del Stoxx 600: el beneficio conjunto de sus integrantes alcanzará los 653.000 millones de euros en 2017, una cifra un 36% superior a la registrada el año previo. El aumento alcanza el 26% en el Ibex 35 (cuyas ganancias superarán los 42.000 millones de euros), el 32% en el caso del EuroStoxx 50 y el 33% en el del Dax. Éste es el índice europeo más barato por PER, al cotizar en 13,5 veces.